Cabe contar, pero hay que contar algo nuevo
Artículo de opinión / 17 de febrero de 2024

Los cuentos deben contar algo. Lo vengo dejando claro en un sinfín de artículos en esta bitácora. Esos textos atmosféricos, lisérgicos y oníricos como llama Eloy Tizón a lo que él evacúa no son cuentos. A él mismo le da rampa decir que escribe cuentos. Lee el recorte de prensa que su propio editor exhibe. Recuerda que su amigo Alberto Olmos se fue de varetas diciendo que ET era el mejor cuentista español de todos los tiempos. Y es que quien tiene un amigo tiene un tesoro, aunque ese amigo sea un bocachancla que no tiene mucha idea de lo que es el cuento, y tuviera que correr a desdecirse cuando recordó que poderoso caballero es don dinero. Pues ese mismo Olmos ha escrito un cuento por encargo. Los cuentos por encargo no suelen funcionar y acaban siendo textos planitos por mostrar ocurrencias de última hora, cosa que cualquier cuentista sabe muy bien (en el enlace te dejo un cuento excepcional de Stig Dagerman escrito por encargo). Tengo que suponer que como profesional plumífero que es no lo habrá escrito gratis, pues eso degradaría el esfuerzo del gremio de los artistas profesionales, ya que todo trabajo creativo debe pagarse, y…

A qué llamo novelar una historia breve
Artículo de opinión / 10 de febrero de 2024

« Ve al artículo anterior Voy a mostrarte tres cortes de Aquí no eres un extraño, libro de Adam Haslett donde se ofrecen 9 noveletas. Son textos breves –porque se leen de una sentada– que no se pueden llamar cuentos. Ni por su extensión, ni por su tratamiento. He elegido sin mucho mirar tres párrafos de sendas noveletas del libro. Después de que los repases te concretaré qué veo yo en cada párrafo que lo aleja del género del cuento. La traducción es de Eduardo Hojman. Adam Haslett – Aquí no eres un extraño • El fin de la guerra (página 39) Diez veces, quizá hasta veinte, se ha sentado en el sillón de un médico para responder a la misma batería de preguntas: cómo duerme, su deseo sexual, su apetito y su sensación de desesperación. Y él ha dicho que sí, que recuerda que un tío y una abuela suyos parecían más infelices de lo normal; y luego, sí, estaban sus padres, que se divorciaron; su madre, que siempre bebía bastante después de cenar; y no, no oye voces ni cree que exista una conspiración contra él. Al final de cada hora oía unas breves palabras del médico sobre…

La facundia narrativa
Artículo de opinión / 3 de febrero de 2024

En el último artículo proponía el término noveleta –de uso en el mundo editorial– para esas narraciones cortas que, al gusto de la anglosfera, están escritas de forma más novelada que contada. Ya he dicho muchas veces que el cuento tiene unas características intrínsecas, y que si un texto no respeta esas características no es cuento. Será otra cosa, pero no podemos llamar cuento a toda narración breve. Siquiera sea para no dar gato por liebre a los lectores. Es curioso que quienes se saben incapaces de escribir cuentos siguiendo las especificaciones que conforman este género narrativo son quienes piden «romper los corsés» que ellos dicen sentir para evacuar sus creaciones. Experimentación lo llaman, demostrando que ni les da el magín para escribir cuentos ni tienen caletre para escribir novela. Sólo paran mientes en la demolición del género. Eloy Tizón abandera a estos nuevos ninis (nicuento-ninovela). Ya le he dedicado un bisturí de laaguja mostrando su incapacidad para escribir cuentos y literatura (lo de que los personajes tienen derechos y merecen que se respete su dignidad le señala como un desnortado escritor que ha perdido el equilibrio entre realidad y ficción). Si el cuento se considera un género literario es…

Cuento, relato, noveleta
Artículo de opinión / 27 de enero de 2024

En algún lugar leí, hará cien años, que los chinos (los de antes, los milenarios) decían que el principio de la sabiduría radica en dar a las cosas el nombre apropiado. Y algo de razón deben tener, porque si no damos un nombre a un concepto no es posible referirse a él más que explicándolo, lo cual es farragoso de entender y tedioso de exponer. Pero ha de ser el nombre apropiado. He dejado por aquí varios artículos donde utilizo el sintagma «relato» para referirme a los textos breves que, escritos al gusto de la anglosfera, no considero cuentos, primero porque no cuentan nada, y segundo porque están escritos de modo novelado. He expuesto más características de estos relatos anglosféricos en otros artículos, pero no es cuestión aquí de volver otra vez sobre ellos porque toca avanzar. El cuento se caracteriza por contar algo con economía de recursos narrativos. Según explicaba el maestro de cuentistas Meliano Peraile, el cuento debe tener entre 3 y 10 páginas (economía de recursos). Todos entendemos que no hablaba de medidas matemáticas, sino de longitudes estimadas. Más o menos entre 3 y 10 páginas. Pero entonces, ¿qué pasa con esas narraciones que se van a…

De cómo destruye un deus ex machina
Artículo de opinión / 1 de enero de 2024

Sigo con la antología Cien años de cuento (1898-1998) de José María Merino y llego a la aportación de Manuel Longares (1943), que firma un texto breve titulado Livingstone que NO puede considerarse cuento sino relato bajo los estándares que vengo observando en mis artículos sobre la diferencia (artificiosa por supuesto) entre unos y otros. Quizá más que relato, es un cuento fallido, truncado, malogrado. Ya te he explicado otras veces que las líneas que separan estas construcciones del intelecto humano son como los meridianos, que no existen, que son ideales, arbitrarias, pero nos valen para parcelar zonas horarias, agrupar conceptos similares. Este cuento está narrado al sabor anglosajón, con características que ya he detallado antes: tendencia a novelar la historia (no van al grano, divagan dando detalles irrelevantes para la historia, se explayan en descripciones de trasfondo), ausencia de acontecimiento, predominancia de las emociones por encima del razonamiento, y son textos eufónicos –el lenguaje opaca el mensaje– que buscan la identificación del lector con lo que se le dice a través del imaginario (y el vivenciario) común. Esto es literatura para entretener ociosos y gentes conformes, no para alimentar mentes sedientas de saber, que saldrán a confrontarse con la…

La eufonía no hace literatura (y II)
Artículo de opinión / 17 de diciembre de 2023

Lee la primera parte de este artículo. Ya he dicho que uno de los obstáculos para el seguimiento del cuento por los lectores es la indefinición que surge en España en la década de los últimos años sesenta llamando relatos a los cuentos: «enredo terminológico-conceptual» lo llama Medardo Fraile en su antología Cuento español de posguerra. Espero que asignando el nombre de relato (ya en uso) a un subconjunto de los textos breves el tal enredo se aclare para los lectores, pues en mi opinión fue el origen de la diáspora de los cuentoheridos, que abandonaron la lectura de cuentos al no encontrar cuentos que leer y abundar estos relatos que no cuentan nada. Si llamamos relato a toda historia breve, es normal que el lector medio no pueda encontrar lo que quiere leer (como dice Merino en su prólogo, hasta a un atestado de la Guardia Civil le cabe el nombre de relato). Si el lector busca cuentos y le dan relatos, huirá amoscado porque no quiere leer textos insustanciales. Cuando le den relatos una vez y otra, y una vez más, desistirá de buscar aquellas historias que le han hecho pensar, plantearse la realidad desde otra arista y…

La eufonía no hace literatura (I)
Artículo de opinión / 16 de diciembre de 2023

En los clubes de lectura hay socios que sólo saben opinar que el cuento analizado «está bien escrito» (el texto) o que «está bien contado» (la historia). Al lector, mero aficionado a la lectura, le cuesta salirse del maniqueo me-gusta/no-me-gusta que ha impuesto el (binario) lenguaje de Internet a una sociedad que antes era múltiple y dispar, porque nunca hemos sido todos iguales, digan lo que quieran ciertas ideologías. El lector medio reduce su opinión literaria (que no crítica literaria) a emociones y sensaciones, olvidando que puede razonar. Quizá sea que dé pereza razonar, mientras «sentir» que algo gusta o disgusta lo hace cualquiera. Cualquier chisgarabís tiene una opinión, y para darla apelará a sus emociones: nunca argumentará razones. No es lo mismo demostrar que se es tonto de capirote por no saber razonar que sentir algo diferente de lo que sienten los demás. Y como Internet nos iguala a todos, y todos valemos lo mismo para Internet, la opinión de alguien con conocimientos vale lo mismo que la de un picapleitos metido a opinar de lo que no sabe, verbigracia, sobre el arquetipo de la mujer fatal (ejemplo tomado de la vida misma… le ocurrió a mi padre, que…

El origen del mal (y II)
Artículo de opinión / 10 de diciembre de 2023

Ve a la primera parte de este artículo. El texto de Pombo relata el tedio que lleva a una pareja de no tan recién casados al esplín propio del matrimonio. El marido, opositor frustrado, mete en casa a un aguililla amigo del trabajo para introducir en el día a día de la pareja una novedad que rompa con la rutina. Pero cuando la mujer comienza a flirtear con el amigo, éste pasa de querer irse por estar incómodo entre estos dos malavenidos, a arrellanarse en el sofá y a estirar las patas con toda confianza. Llegados al busilis de la historia, el autor no remata la faena: —Te advierto que te va de primera. Esa frase encauzó esa primera noche de Fernando González en casa de Sergio y Menchu hacia su fin. Escena mansa y muda, con Sergio acariciándose la frente con un gesto mecánico y Menchu poniendo discos en el tocadiscos. El mecanismo demasiado brillante de la irrealidad tictaqueaba como un reloj sin agujas. Fernando se deshace el nudo de la corbata (ligeramente) y estira las piernas por debajo de la mesita de tomar café. No ha sucedido nada en absoluto. Ten misericordia de nosotros. Hasta el propio autor…

El origen del mal (I)
Artículo de opinión / 9 de diciembre de 2023

Leyendo la antología del cuento español seleccionada por José María Merino (1941), he percibido un cambio en la poética de los cuentos –que se suceden en la obra ordenados por fechas de nacimiento de los cuentistas–, y pasan de ser cuentos a ser relatos, es decir, narraciones breves escritas según los gustos de la anglosfera. El cambio, sutil, eso sí –que he tenido que volver páginas–, comenzó con el cuento de Francisco Umbral, y me quedó claro en el de Álvaro Pombo. Destacaré brevemente los cuentos «que me tragué» sin darme cuenta de la sutil transformación, y luego le dedicaré un tiempo al cuento de Pombo. Antes, unos datos. La antología se titula Cien años de cuentos (1898-1998). Antología del cuento español, y está publicada en 1998. Lamentablemente el libro no es redondo y no ofrece cien cuentos sino noventa. Creo recordar que en el prólogo Merino da una explicación de por qué noventa y no cien. El volumen tiene 575 páginas: se trata de un trabajo valioso. El primer cuento presentado es de Miguel de Unamuno (1864-1936) y pertenece a un cuentario publicado en 1912. El último es de Juan Manuel de Prada (1970) y fue publicado en volumen…

Cuento versus relato
Artículo de opinión / 2 de diciembre de 2023

Sobre las denominaciones cuento y relato: Ya he explicado en esta bitácora que no existe ningún género narrativo llamado relato, que lo que existe es el género narrativo que todos conocemos como cuento. Que hay cuentistas, y que no hay relatistas. Que nadie dice «Abuela, cuéntame un relato», sino «Abuela, cuéntame un cuento». Que hay quien dice escribir relatos pero luego dice que es cuentista. Que las editoriales dicen que publican relatos pero luego titulan cuentos completos. Que en las aulas de secundaria se enseña que el género narrativo se compone de cuentos, novelas, epopeyas, cantares de gesta, leyendas y fábulas… Con anterioridad he propuesto que, para aprovechar el término relato (tan extendido en España), cabe llamar cuentos a la narrativa breve propia de la hispanosfera, volcada en mostrar la realidad que se esconde tras las apariencias –llevando al lector al desengaño–, y utilizar el término relato para denominar a la narrativa breve propia de la anglosfera, interesada en validar las apariencias, el artificio, el engaño de la razón a través de los sentidos, en narrar emociones y sensaciones antes que hechos y acontecimientos. Son escritos que acaban sin contar nada, enumerando una sarta de divagaciones y elucubraciones en torno…

…Autores plasta
Artículo de opinión / 8 de octubre de 2023

(Este artículo cogió velocidad en el de ayer: Textos plasta). Hace quince días mi bibliotecaria de cabecera me ha prestado un par de libros de un autor que pasa por ser el rapsoda principal del cuento actual español. Le dedicaré un próximo artículo en el bisturí de laaguja. Sirva el que estás leyendo como avance, a la par que como cierre del de ayer. Este autor, que a todo el mundo cae bien por su candidez y bonhomía, ha roto con (o no sé si decir que desdeña) la tradición literaria en español. Ya he dicho en otros artículos que el objetivo de la literatura de la hispanosfera es mostrar al lector todas las caras de la realidad y desengañarle de las apariencias. La literatura de la anglosfera está concebida como medio de distracción y entretenimiento. Tenía ganas de leerle ya que la crítica literaria española se deshace en elogios hacia tipo tan simpático. Hasta el vitriólico Alberto Olmos ha bajado su guardia y le ha dedicado una loa. Pero el cuentista del que hablo, tan celebrado él, no escribe cuentos. Escribe prosas algo extensas, pero en ellas jamás cuenta nada. Sus odas en prosa endulzan y empalagan evocando experiencias…