Son muchos los críticos y los expertos —cualidades que no siempre se dan en la misma persona— que aseguran que el cuento está próximo a la poesía. Yo siempre he creído que el cuento estaba más próximo a la novela y al teatro. Aunque no se dan en mis cuentos, entiendo las razones que existen para conectar cuento y poesía. Si estoy en lo cierto, el cuento estaría en el centro de una i griega, donde convergerían los tres géneros literarios clásicos: lírica (poesía), dramaturgia (teatro) y narrativa (novela). Rizaré el rizo y dibujaré un tetraedro regular: En cada ángulo de esta pirámide situaremos uno de los cuatro géneros literarios actuales… los tres ya expuestos más el género didáctico. Entre otros subgéneros, la fábula pertenece a la didáctica literaria. Y es obvio que el cuento también se halla próximo a la fábula. Por tanto, el cuento estaría en algún lugar cercano al centro de gravedad de figura geométrica tan estable como es el tetraedro regular. Las historias que tanto nos gustan podemos escucharlas, leerlas o asistir a su representación. El cuento se disfruta de todas estas formas. La oralidad es el vehículo de la mayor parte de las historias que nos…
Caballero Bonald ha dicho recientemente: La literatura que se limita a contar historias no pasa de ser una crónica periodística, pierde su condición de literatura. La literatura es el arte de crear una nueva realidad, de interpretar estéticamente el mundo, no de copiarlo. A falta de matices, esta declaración ha vuelto a lanzar por noningentésima nonagésima nona vez el viejo debate: ¿debe considerarse sólo literatura lo escrito con acúmulo de raros sustantivos a los que se anejan bellos adjetivos, y verbos insólitos con adverbios rebuscados? Los que no tenemos el hablar liso y llano por demérito sonreímos ante afirmaciones de este tipo (de esta clase quiero decir, no de Caballero Bonald, al que nunca cometería la bajeza de motejar como tipo… vaya desde estas misérrimas líneas mi reconocimiento para el maestro). Arriba un mar de autores a las costas literarias que bien por incapacidad (que reconozco que es mi caso), por hastío o por pigricia (que creo que también es mi caso), o por considerar que los mensajes elaborados a base de lindas palabras, si bien activan la mente y ejercitan el pensamiento lateral a la par que avivan la imaginación, no impactan en el ánimo del lector con la…
Mi profesor Honorato decía que «Antes había verdades y mentiras; ahora hay verdades, mentiras y estadísticas«. En varias ocasiones he buscado la cita en el ingente maremágnum de Internet y no la he encontrado. A lo mejor era suya… Una vez más su apotegma me vuelve a la memoria con la noticia de que «Tres de cada diez libros editados en España son digitales«. Sencilla de digerir, esa estadística viene a decir que los libros digitales son casi la mitad que los de papel: 3 digitales por cada 7 de papel. Hace poco más de un mes nos dijeron que «El libro digital representa el 4,5% del mercado editorial en España«. Sin entrar en profundidades matemáticas, para que cuadren estos datos cruzados, el precio medio (otra estadística) del libro digital debe ser sumamente bajo. En la primera noticia se nos atiza con otra estadística más: «En un país [se está refiriendo a España] con bajos índices de lectura (un 40% de la población no lee nunca o casi nunca) (…)». Lo que quiere decir que sólo seis españoles de cada diez al menos leen asiduamente la amarillenta prensa deportiva nacional. Pero libros… leer libros, ¿cuántos españoles leen libros? Nos recuerdan…