Queridos Reyes Magos: Como ya estaréis descansando del apretón de estos días, espero que tengáis tiempo para leer esta carta. Porque no os voy a pedir algo para un día concreto, como el de ayer, sino que será un trabajo para todo el año, para que poco a poco vayáis moviendo hilos aquí y allá, allí y acá, y que para el 6 de enero del año que viene me podáis regalar la consecución de un trabajo bien hecho. Os lo pido a vosotros y no al gordo porque sois tres, sois reyes y sois magos… El gordo está solo y lo veo bastante juerguista y muy informal. Sólo os pido que todos los españoles —sean de izquierdas o de derechas, o de sus extremos— se sientan orgullosos de ser españoles. Y que los que no quieran sentirse orgullosos de lo que significa ser español que se vayan de España porque, total, para qué van a estar sufriendo quedándose en España si España no les gusta, ¿no es cierto? Pensaréis que casi la mitad del trabajo está hecho, pero no podéis pasar por alto que para algunos de los referidos estar orgulloso de ser español es como una paranoia, una…
La cocina del escritor.— La historia que aquí se cuenta surge de una nebulosa de hechos reales que se dieron en el ámbito deportivo que se refiere en este cuento de febrero de 2017. Sin llegar a tal extremo, a lo largo de los años he encontrado en deportes similares personas que venden motos que no carburan, que se gripan antes de salir al circuito. El boxeo da para muchas historias. Muy buenas las contó F.X. Toole (seudónimo del entrenador de boxeo Jerry Boyd) en su cuentario Million Dollar Baby. Has leído bien: la oscarizada película de Clint Eastwood está basada en un cuento (hay muchas más películas de las que creerías que se basan en un cuento). Parece que en España el libro se retituló después del estreno de la película; su título original es Rope Burns: Stories from the Corner, y esa historia, con ese título, es la tercera de un libro que presenta seis cuentos extensos e intensos. Si mi cuento te anima a buscar el libro y comprarlo, me daré por satisfecho. Un par de andobas ¿Cómo leer un archivo ePUB? Un par de andobas * (cuento – 4.057 palabras ≈ 17 minutos) —¿Pues por qué quieres que te…
La cocina del escritor Hace unos años, en una reunión de amigos, se nos ocurrió lanzar una nueva especialidad deportiva para revitalizar un pueblo de esa España que ya estaba vaciándose: las carreras de orientación a caballo. La orientación es un deporte de origen nórdico en el que al orientador se le proporciona un mapa detallado del terreno, en el que aparecen señaladas la ubicación de unas balizas que debe encontrar en el menor tiempo posible. Las balizas en el terreno son un prisma blanco y naranja, en cada una de las cuales hay una pinza. Esta pinza dejará una marca especial en la carta de registro que lleva cada orientador. Así, cuando el corredor llegue a la meta, deberá presentar su tarjeta con las perforaciones adecuadas en las casillas correspondientes a cada baliza. Los países escandinavos reglamentaron este deporte de corte militar que enfrenta a los participantes en una contrarreloj que se desarrolla en la naturaleza. La federación internacional de la modalidad reconoce cuatro especialidades: a pie, en BTT, en esquíes, y en silla de ruedas para discapacitados. La especialidad sobre esquíes es, obviamente, la prueba reina en los países de origen de este deporte que surgió en los primeros años del siglo XX….
Me habían llamado de una histórica ciudad castellana para impartir un curso. Me pagaban el viaje y la estancia, en un lujoso hotel de cuatro estrellas. Pero tras impartir el curso, en horas lectivas, porque era dirigido al profesorado, me encontraba solitario en la ciudad. Vagué sin rumbo por las tardes, pues el curso se extendía durante tres días. Visité tiendas que me eran de interés por mor de mis otras aficiones, charlé con vecinos de aquella fría urbe, comí en restaurantes modestos, buscando la charla con los lugareños… Nada calmaba mi desamparo aquellos días de noviembre de 2016, acostumbrado como soy a vivir solo y hablar conmigo mismo y la brisa ribereña del anochecer. Volvía al hotel cansado de caminar y con la sensación de haber perdido la tarde. Mi importaba una higa la actividad que la ciudad desenvolvía diariamente, que si los cursos de natación en la piscina o las clases de taekwondo en uno de los polideportivos municipales. De vuelta al hotel, las aleccionadas recepcionistas no pasaban de ser corteses. Perdido en mi habitación sin saber qué hacer, me puse a rebuscar en los cajones de una cómoda. Había un listín telefónico de la ciudad. De tan…
Estuve trabajando una larga temporada en un local de alterne. No uno nocturno, sino uno vespertino, donde la mocedad pijotera se reunía para discutir y exhibir sus cosas de niños adinerados. Pero los había la mar de educados a pesar del dinero de sus padres. Una noche, con el local ya cerrado y haciendo limpieza, encontré una libreta con algunas poesías y este cuento. Mientras la jefa limpiaba la barra con ginebra (el mejor producto para limpiar la barra de un bar) yo me escaqueaba al almacén para leer el cuento y echarme unas carcajadas. La última fue tan grande que la puerta del almacén se abrió lentamente y asomó la cabeza mi jefa. Le lancé la libreta, y mientras yo barría la zona del billar y los dardos, ella se fue a leerlo (y escaquearse) al guardarropía. Mientras recogía algún dardo perdido escuché su risotada. Aquella noche cenamos y comentamos animadamente el cuento. La libreta quedó en depósito en la taquilla, pero nunca vinieron a preguntar por ella. Cuando me despedí, poniendo fin a la relación con mi jefa, me llevé la carpeta. Era septiembre de 2016. A título de buena vecindad ¿Cómo leer un archivo ePUB? A…