Tipos de libros de cuentos: la anidación y el encargo

21 de diciembre de 2024 | Luis R. Miguez

(Viene del artículo anterior: la colección y la selección)

Estos son los diferentes tipos de libros de cuentos:

  1. el cuentario
  2. la antología
  3. la colección
  4. la selección
  5. la anidación
  6. el encargo
  7. el cronográfico
  8. la colaboración
  9. de noveletas
  10. la revista
  • Anexo: el cuento oculto


LA ANIDACIÓN…
5) La ANIDACIÓN de cuentos, que algunos llaman NOVELA CON CUENTOS (novela conformada a base de cuentos) y también CUENTOS EN NOVELA (cuentos que conforman una novela) —pero no están pensados para ser una novela—, presenta un rosario de cuentos anidados. La anidación de cuentos aporta una experiencia lectora diferente. Existen dos técnicas de anidación que se ha convenido en llamar «de las cajas chinas» y «de las muñecas rusas».

Para presentarte qué son los libros de cuentos anidados comenzaré recordándote algunos títulos que ya conoces:

  • Las mil y una noches (anónimo),
  • Decamerón (Giovanni Boccaccio),
  • Los cuentos de Canterbury (Geoffrey Chaucer),
  • Las noches agradables (Giovanni Francesco Straparola),
  • Heptamerón (Margarita de Navarra),
  • Pentamerón (Giambattista Basile).

Los cuentos del Conde Lucanor, del infante don Juan Manuel, no son cuentos anidados porque no hay una historia externa a estos cuentos que los hilvane. Son un sumatorio de cuentos símiles pero no existe ninguna historia en un nivel superior que albergue a todas las demás. Son una colección de cuentos.

El arte de estos libros de cuentos es presentar cada cuento coherente, independiente y autoconclusivo como parte de un todo del que no depende para su comprensión. Son historias independientes que por gusto del cuentista surgen dentro de una narración principal que alberga el rosario de cuentos. Verdad es que en los títulos expuestos arriba, la historia que los contiene no pasa de ser una disculpa con una trama feble (cuando la tiene).

Vamos con las diferencias entre las técnicas de anidación en estos libros de cuentos.

La técnica de las cajas chinas te muestra una historia dentro de la que se narra otra historia que contiene otra historia que alberga otra historia…, y se van concluyendo ordenadamente para ir remontando niveles hasta concluir la historia que las contiene a todas. El ejemplo claro es Manuscrito encontrado en Zaragoza, de Jan Potocki; sus cuentos están organizados como cajas dentro de cajas.

Con la técnica de las muñecas rusas se narra una historia dentro de la cual, a medida que avanza, se van contando otros cuentos. Pero al finalizar cada cuento se recupera el hilo de la historia principal (la que contiene a todas) para avanzar en su argumento hasta que se cuenta otro cuento. Un ejemplo típico es La reina de corazones, de Wilkie Collins, cuya historia principal sí tiene una trama propia y es un cuento más. Bien es cierto que los cuentos que alberga son mucho más potentes; pero la trama principal tiene su aquel.

Isaac Asimov en Yo, robot unió como muñecas rusas algunos de sus cuentos de robots después de haberlos publicado por separado. En un nivel contenedor se narra el desempeño de la doctora Susan Calvin en la empresa U.S. Robots a modo de entrevista, y durante su transcurso anida nueve de sus cuentos de robots.


EL ENCARGO…
6) En el libro de cuentos de ENCARGO se lee un ramillete de cuentos que versan sobre el tema elegido por el editor y que se encargan a una minuta de cuentistas —a veces sólo son novelistas que tienen renombre en el panorama editorial—. Se trata, pues, de cuentos escritos ex profeso para la ocasión, que por supuesto están inéditos en el momento de su publicación. Puede encargarlos una editorial, un organismo público o una empresa ajena al mundillo literario, y persiguen una finalidad aleccionadora, instructiva, divulgativa…

Es raro que los cuentos por encargo tengan calidad. Un cuentista no escribe cuentos con la facilidad con la que se cortan los churros para merendar. Es preciso tener la musa consigo, y ese estado de gracia no se puede forzar a voluntad. El único cuento que conozco que, siendo por encargo, tiene una calidad superior es Matar un niño, de Stig Dagerman, encargado por la Asociación Nacional para la Seguridad Vial de Suecia con el fin de concienciar sobre los accidentes de circulación.

Ya he contado en otras ocasiones que la inspiración no funciona en el banco galeote: un cuento no es un informe, ni una crónica o un ensayo para evacuarlo por encargo. Es curioso que los editores, que algunos hasta tienen buenas intenciones —de mis amigos me guarde dios que de mis enemigos me guardo yo, diría el género del cuento—, encarguen cuentos a novelistas y luego se extrañen de que los lectores desconfíen de los libros de cuentos, cuando son ellos quienes previamente les han servido auténticas castañas.

Hace tres años, en España, la revista literaria digital Zenda, encargó cuentos a diversos autores para conformar uno de estos libros. Contó con escritores de cierto renombre que recogieron el guante —no todos cuentistas, y alguno había sido tan ignorante de vituperar y denostar públicamente al género del cuento y a los cuentistas—. Además de aceptar el reto supongo que recogieron también algo de efectivo, o quizá prebendas que pudieron rentabilizar ya que la revista es un buen escaparate literario. Si los autores no fueran inconscientes sabrían que se juegan bajar algunos puntos en su… Elo literario. Pero como son cuentos… ¿qué puede salir mal, eh?

Puedes comprobar la calidad de las narraciones por encargo del libro de cuentos 2030 descargándolo gratuitamente de la web de la revista. Aprovecha para cotejar estas narrativas con la excelencia del cuento de Dagerman.

(Continúa en el artículo: el cronográfico y la colaboración)

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