En español (y se enseña en párvulos) la be con la a, se dice «ba», y no «bei». Ignoro dónde se olvida. La be con la a, se dice «ba»; y la ce con la o y con la ene, se dice «con». Así que el lema que aparece en el diccionario de la RAE se dice «ba» y «con»: «bacón», con acento en la o, y no se dice «bei» y «con». Mira tú mismo cómo los académicos de la RAE se pegan un tiro en el pie: bacón. Pero si dices lacón y jamón debes decir bacón. O decir ‘leicon’ y ‘yeimon’ ya que dices beicon.
manchurrión 1. Persona chambona a la que poco importa que la presentación de sus trabajos adolezca de falta de pulcritud. 2. Se dice de quien se columbra que nunca adquirirá un compromiso por la excelencia.
Cuando me retiraron del café me pasé al té. Y mi hija me trajo de Alemania un electrodoméstico portátil que, de aquella, aquí no conocía. Es un aparato para hervir el agua, que allí tienen también gran tradición de prepararse infusiones, como los ingleses. Pero hasta hoy no había necesitado escribir el nombre de ese electrodoméstico. Y no sé si se escribirá «hierveagua» o «yerveagua». Y el DRAE hace mutis por el foro (que se borra, vamos), como corresponde a un diccionario que es una herramienta de mínimos consumados, sin que se le pueda exigir que oficie de lexicón técnico vanguardista. Ya que se puede escribir «hierba» y «yerba», y se puede escribir yergue e irgue, digo yo que podrá escribirse yerveagua y hierveagua. Y como nada oficial he podido averiguar, decido quedarme con yerveaguas, por si lo necesito en algún cuento, que va a ser que sí, porque lo puedo forzar, caramba. Con ye y en plural, que se me antoja más rompedor. (Ya sé que puedo llamarle un hervidor, pero no me da la gana).
jinflauta Tb. yinflauta 1. Llámase así a quien opina sobre cómo ordenar, organizar, adecuar o disponer la casa de los demás sin haberle preguntado.
zarabandán 1. Marisalsi. 2. Perdulario al que le gusta estar en la calle y trabaja en oficios que requieren de su presencia continua en la calle aunque no produzcan más de lo que consume.
hublimista 1. Persona que ha perfeccionado la sublimación de la humildad haciendo alarde continuo de su modestia. Jorge Luis Borges fue el perfecto hublimista.
Ha vuelto a difundirse por la Internet hispana el defecto de fábrica que lleva el español en su ADN (en su código lingüístico sería más propio). Podemos pedirle, indicarle u ordenarle a alguien que le salga al paso a una tercera persona pero no podemos escribirlo porque no se podría leer correctamente. Si escribimos «salle al paso», esas dos eles consecutivas se leerán como elle. Y la ortografía de la RAE no contempla ni el guión (con tilde porque soy viejo) –«sal-le»–, ni la barra –«sal/le»–, ni la raya baja –«sal_le»–, ni ningún otro signo ortográfico de los que existen en otras lenguas, tal que el punto medio –«sal·le»– (en un teclado corriente lo sacamos con [Mayúscula] + [3]). En este otro artículo explican este lío de forma un poquito más técnica. Así que tenemos una palabra que podemos pronunciar haciendo una «paradiña» entre ambas eles (aunque ahora la paradiña también está prohibida por la FIFA), pero que no podemos escribir de forma que se lea correctamente. EDITO: 26.09.2021 a las 17:50 Quizá se puediera utilizar el apóstrofo, que sí lo contempla la ortografía del español aprobada por la RAE: «sal’le al paso». Pero mi padre tenía la solución una…
gonfalas 1. Padre treintañero con tres o más hijos y barriga cervecera que vive tratando de aparentar vitalidad. 2. Empleado del mes.
tecnoautista 1. Persona que pasa sus horas de vigilia botoneando en cachivaches electrónicos portátiles como smartphones, tablets, joysticks y mandos a distancia, recibiendo a cambio recompensas endorfináceas.
membrillo 1. Dícese de la persona que es blanda de carácter, dulce en el trato y con tembladera para tomar decisiones.
felipán 1. Dícese de la persona que a todo se aviene, sin aspiraciones conocidas, conforme con lo que es, con cómo es y con lo que hace. Perroflauta. Flanders. 2. Objeto volador que surge por sorpresa en nuestro campo de visión. 3. Imprecación dirigida al conductor que en las rotondas siempre utiliza el carril derecho, aunque vaya a hacer un giro de 180º.