Los microcuentos de la pandemia Lee la serie completa Cuentos de la pandemia 😷.3 Tras el fin del confinamiento comprobaron que se habían diluido las moralinas antojadizas de la dieta vegana y los escrúpulos caprichosos de la alimentación religiosa. Cuentos de la pandemia 😷.4 (2220: Clases de historia futura – Hábitos Atávicos) A comienzos del siglo XXI la población todavía se reunía en unas salas que llam...
Los microcuentos de la pandemia Lee la serie completa Cuentos de la pandemia 😷.1 Soltero de los que no sabían freír un huevo, pero con wifi en casa, tras el confinamiento abrió un restaurante y le dieron las tres estrellas de golpe. Cuentos de la pandemia 😷.2 El becario de la edición comarcal asalta la farmacia para hacer un reportaje a la sufrida ciudadana obligada a trabajar durante la primera pandemia del siglo ...
Sanatorio mental Como su padre era rico, se negó a estudiar. Empero, los niños le salieron aplicados. Cuando murió su padre, sus hijos le internaron. Engranaje Realizó su monótono y rutinario trabajo durante años. Jamás enfermó; jamás repararon en su insignificante vida. Nadie previó su jubilación. Al día siguiente, el país se paralizó....
En la literatura moderna encontrarás dos tipos de escritores: los artistas y los artesanos. Los artesanos se muestran orgullosos y confiados con su sistema de producción, mientras los artistas no le dan mayor importancia al suyo y se les ve satisfechos de aceptarse tal y como son. Los neófitos se debaten entre aceptar la propaganda que les llega de los artesanos, que predican su filosofisma de vida, o indagar en la plácida vida de l...
«—Una novela –pensé–. ¡Qué horror!». Flannery O’Connor, cuentista (Del artículo Introducción a ‘En memoria de Mary Ann’, en el libro Misterio y maneras)...
Obsesión Combinaba los ingredientes de las ensaladas con gran habilidad, pero empezó a picarlos tanto que acabaron sirviéndolas con cucharilla. TV de plasma Compró un televisor tan pasado de pulgadas que los dientes le acabaron entre las cervicales....
«En estos tiempos en que las historias satisfacen menos que los comunicados, y los comunicados menos que las estadísticas, ser narrador resulta un poco embarazoso. Pero, a la larga, a un pueblo no se lo conoce por sus comunicados o sus estadísticas, sino por las historias que cuenta». Flannery O’Connor, cuentista (Del artículo El novelista católico en el sur protestante, en el libro Misterio y maneras)...
…echa las tuyas a remojar. Y acabo el refrán porque tengo observado que esta generación de los ROLI-CAHE-COCA (ROpa LImpia, CAma HEcha, COmida CAliente en casa de mamá), desconocen las sentencias del refranero, y se contentan con comenzar la frase: Más vale pájaro en mano, te dicen; o Quien a buen árbol se arrima, avanzan; o No por mucho madrugar, insisten; pero desconocen la parte que sentencia el saber popular y se limitan a e...
«Es erróneo suponer que el escritor elige lo que ve y lo que no ve. Lo que cada uno ve viene dado por las circunstancias y la particular naturaleza de su percepción». Flannery O’Connor, cuentista (Del artículo Los novelistas católicos y sus lectores, en el libro Misterio y maneras)...
Ventarral Se acercó a la orilla, sacó la chorra y se puso a mear. El viento ayudaba a ampliar el arco. De repente el viento cambió de dirección y lo sintió con furia en la cara. Vida breve Los niños levantaron un hombre de arena. Con la bajamar, la resaca se sentía entre los dedos de los pies. Miró al horizonte y vio una motora entrando en el puerto. Cuando bajó la vista había perdido los pies....
Si nos hacemos una herida y, mientras sana, hurgamos en ella, alteramos su cicatrización y corremos riesgo de infección. Podemos utilizar este elemental principio de primeros auxilios como símil para las heridas sociales, aunque corremos el riesgo que conllevan los símiles: en su esencia, sólo una patata se parece a otra patata. NO ENTIENDO cómo algunos escritores se han puesto a escribir con alegría de los años de plomo que nos...