El pasado mes de diciembre he dejado aquí cinco tipos de cuentos de los que huyo. Por ende, huyo también de los cuentistas que los escriben. Porque han tomado a modo de estilo una forma feble de escribir cuentos y ya no saben salir de ese corsé.
Hoy voy a añadir los cuentos sonajero. Antes voy a recordar aquellos cinco:
- Cuentos novela
- Cuentos estampa
- Cuentos frankestein
- Cuentos sin final
- Cuentos chicle
- Cuentos sonajero
Son cuentos sonajero aquellos que no cuentan nada pero que resultan eufónicos. Son un embeleco que para los más contentadizos supone un embeleso: el mismo embeleso que suscita una tiza en un tonto.
Borges era un artífice nato de cuentos sonajero. Cuentos en los que no cuenta nada pero que en la mente del de la tiza suenan perbién, que dicen por Asturias (superbién). Y le adoran y le reverencian porque como no han entendido nada creen que el otro ha contado algo que no son capaces de entender o percibir, y entonces hablan de lo culto que era Borges. Y sí, era culto y repartía tizas, porque la mayor parte de sus cuentos son cuentos sonajero (alguno tiene muy bueno).
Un comentario
Séptimo tipo de cuento del que huyo – Qué cuento