«Las buenas personas forman parte del tipo normal, y por tanto vulgar, por lo que carecen de interés artístico. Los malvados constituyen, desde el punto de vista del arte, un fascinante objeto de estudio. Representan el colorido, la variedad y lo extraño. Las buenas personas exasperan a la razón, los malvados estimulan la imaginación.
(…) los personajes de mi historia [El retrato de Dorian Gray] no tienen correlato en la vida real (…). Si existieran no valdría la pena escribir sobre ellos. La función del artista es inventar, no levantar acta. No hay gente así. Si la hubiera, no escribiría sobre ellos».
Oscar Wilde
carta Al director de la St. James’s Gazette – 26 de junio [1890]
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