En 3… 2… 1…

10 de marzo de 2021

Lo voy a hacer ahora: en unos minutos voy a eliminar mi cuenta de Facebook, por torticeros. No me han dado nada, y lo poco que yo les haya podido dar es mucho más de lo que ellos me darán nunca. Además de quedarse con una ristra de datos personales que recolectan arteramente o/y con nuestra connivencia y dejadez. A los amigos que me siguen, tomad nota de la dirección web de esta bitácora y pasaos de vez en cuando a leerme y echar unas risas. Si dejamos que este atajo de desaprensivos nos condicionen la vida luego no podemos quejarnos del futuro que nos espera… o que nos tienen preparado, por mejor decir.

EDITO:
Ya está borrada. Después de avisarme de que si borro la cuenta la acción es irreversible y se pierde todo todo todo, ahora van y me dicen que si en 30 días quiero volver a entrar, puedo recuperarlo todo… maldita mercadotecnia… Lo que decía, arteros, torticeros y capciosos. En fin, es su empresa y viven de extraernos la información de nuestros hábitos y comerciar con ella. La psicología social se basa en que no se puede predecir lo que hará una persona pero sí lo que hará una masa. Algo así diseñó Asimov en su Trilogía de las Fundaciones, aunque llamó a esa ciencia psicohistoria.

¿Somos tontos? Pues sí, porque no nos importa dado que toda esa información no la vemos. Si viéramos a alguien recogiendo nuestra mierda para venderla, pondríamos mucho cuidado de depositarla donde nadie se sirviera de ella, seguro. Nos merecemos lo que tenemos.

EDITO 2:
Acabo de darme cuenta… Eliminando la cuenta del Facebook he perdido algo más del 80% de los suscriptores. Pero no voy a deshacer mi decisión. Apostaría a que me bombardean el email a medida que se acerque la fecha definitiva, que es dentro de 30 días.

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