En Rebelión en la granja, de George Orwell, todos los animales fueron instruidos en la mecánica de la lectura por los cerdos que gobiernan la granja, y que según cuenta la leyenda simbolizan el régimen comunista.
Pero los animales apenas tienen con qué practicar la lectura y en consecuencia su comprensión lectora es deficiente.
De esta manera los cerdos comunistas tampoco fomentan el pensamiento crítico individual y se aprovechan de ello y de que la memoria colectiva es feble para gobernar a todos los animales.
Así, los siete Mandamientos aprobados para favorecer el bien común van sufriendo leves matizaciones hasta conformar un ideario diferente al que se propugnó cuando comenzó la rebelión en la Granja Solariega (Manor Farm) que todos apoyaron.
Orwell tuvo el buen tino de ocultarnos el octavo y un noveno mandamiento que se han descubierto buceando entre sus manuscritos.
Hoy te muestro cuál era ese noveno Mandamiento de los animales:
Todos los animales tenemos que ser tolerantes con los demás animales.
Pero este noveno Mandamiento animal también tuvo necesidad de ser matizado por los arteros y torticeros cerdos comunistas:
Todos los animales tenemos que ser tolerantes con los demás animales que piensen igual que nosotros.
Si alguien encuentra similitudes nacionales y actuales que lo haga bajo su responsabilidad.
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