Si ayer me alegraba el día el descubrimiento de un vídeo grabado hace año y medio donde se dice lo que siempre he pensado del delusorio Borges, hoy me ha alegrado la tarde un artículo recién publicado que viene a decir lo que yo he dicho en una ocasión y he repetido en otra este mismo mes. Dejo este valiente artículo con un análisis más literario del que yo ofrecía. El autor se ha tomado la molestia de analizar los despropósitos de frescos que a falta de paladines que la representen han tomado la poesía al asalto. Esa poesía de la que usted me habla . Palabras vacías, drama fácil, felicidad artificial, autoayuda de todo a 100 con un nivel de redacción de 4º de la ESO. Por si alguien quiere recrearse con poesía con métrica, ritmo, rima y contenido, le dejo este vídeo con dos primeros espadas —Helio Pedregal y José Sacristán— dramatizando los poemas de dos de nuestros vates más ilustres —Góngora y Quevedo—. A ver si a alguna le sirve de inspiración. Las explicaciones de lo que es poesía corren a cargo del académico don José Manuel Blecua, por si alguna anda despistada.
En abril de este año he dejado constancia (en este mismo blog) de la falta de vis poética de las nuevas vendehúmos (y algún encantador de serpientes) que a base de escribir con líneas truncadas espera que el lector encuentre no ya una rima, que no existen salvo en fáciles pareados, sino un sentido a lo escrito. Esperan que el collejeado lector se maraville por no encontrar nada allí donde gente interesada y amiga del autor dice ver imágenes poéticas. Una cosa es que se acepte el verso libre y otra muy distinta que se trague con cualquier estropicio. Encima estas finas pieles de melocotón, ofendiditas si les afeas que no se curran lo que publican, encuentran quien publique sus atropellos. Esto me llama la atención… antes de publicar algo malo será mejor dejar sin publicar aquello que ofende al arte. Pero entonces, ante la ausencia de calidad, el editor deberá dejar su oficio, o quizá es que pierda subvenciones administrativas para publicaciones que nadie lee. Porque quiero pensar que el público sí es sabio y no consume aquello que le cuesta dinero y no le dice nada, puesto que ya nadie traga con el viejo cuento de que es…
A raíz del artículo del lunes me han enviado un enlace que te voy a mostrar, y desde el que hilvanaré una serie de temas hasta llegar a una conclusión lectora: vacaciones-mascotas-cuentario-distopía-apocalipsis-postapocalipsis-cuento. Te dejo una, creo, interesante charada. Por lo que colijo del enlace que me han hecho llegar, el relajo vacacional que comentaba el lunes aumentará cuando las Administra(i)ciones, por la presión social, comiencen a conceder ‘bajas maternales’ por comprarse una nueva mascota. Esta idea no ha entrado en mi libro Ciudad Perro, pero la historia que te cuento en el duodécimo cuento del libro, un cuento distópico de aquí al lado, todavía sigue siendo ficción. Ignoro cuánto queda para que se haga realidad (te lo bajarás gratis, pero lee los que van delante para entender ese «cuento número doce»). En este comienzo de siglo hemos alcanzado las distopías que tanto temíamos en el siglo XX, y el fin del mundo era en 2020. Pero creímos que para el fin del mundo vendría un… un… un ‘tipe’, que los ángeles tampoco tienen sexo binario, y diría aquello de «los buenos a la derecha de dios padre y los malos a su izquierda» (curiosa esta arcaica división, ¿eh?). Pues no, el…
Los Picapiedra españoles continúan con su labor de demolición, como hacen los picapedreros. Estos días nos han dicho que el gobierno español ha llegado a un acuerdo con los representantes catalanes para que el castellano o español deje de ser lengua vehicular en la enseñanza en Cataluña. He sostenido varias discusiones a cuenta de esta noticia con amigos que no entienden mi postura. Yo felicito a los catalanes porque se siguen moviendo en la dirección de sus ideales. Igual sus creencias no coinciden exactamente con las mías, pero a fe que debo felicitarles por su tesón y por utilizar las herramientas a su alcance para lograr sus objetivos. A eso se le llama eficiencia. Yo aporto mi granito de arena para que el castellano siga creciendo en Internet. Con artículos de opinión como este y con cuentos como el que he subido el pasado día uno y el que subiré el próximo mes. Al menos produzco, haciendo crecer la web hispana, y no pierdo tiempo en levantar la voz. Pero mis amigos, después de dar voces, han ido a la página de deportes para ver cómo van las cosas en el Barça. Y con todo su derecho, oye. Que da igual…
Con la nueva vida a que tenemos derecho tras el apocalipsis vírico, llegan nuevas expectativas en el acceso a la información. Tras la pandemia y el enclaustramiento –forzoso y no voluntario– del rebaño, la sociedad (el rebaño) continúa infantilizada y son muchos los que celebran que no se mostraran las crudas imágenes de la mortandad que ha supuesto el virus, y defienden que una pandemia de aplausos y música en los balcones ha sido lo mejor para la supuesta salud mental del rebaño (sociedad infantilizada a la que no se le puede decir la verdad, ni siquiera enseñar un ataúd…). Digo, que tras la escalada en la crispación y el enfrentamiento social, y la guerra civil larvada por el control de la información y de la desinformación –por el momento sin tiros–, llega una nueva anormalidad sin música de balcón para amenizar el vermú, aunque en esta anormalidad han surgido policías de balcón –delatar siempre tiene ese componente de poder, de maldad y de secreto–. Y tras la nueva normalidad llega la próxima normalidad en los medios de comunicación. Antes del encierro algunos medios de comunicación habían optado por seleccionar unas noticias que sólo podían leerse mediante suscripción (pagando). Otros…
Tal vez exista un cuento mejor que «El pecho desnudo», de Italo Calvino, para ejemplificar lo que quiero explicar, pero me parece que al gremio de los llamados editores independientes puede aprovecharles este cuento a tenor de lo leído en el minirreportaje ‘Nuevo capítulo crítico para los independientes del libro‘. El artículo o reportaje muestra la situación de los editores llamados independientes (aunque dependientes de don dinero, como todos nosotros para casi todo) ante el panorama que nos va a dejar la pandemia (panorama sobre el que ya me he explayado en este blog hará cosa de un mes). Nos vienen a decir que los lectores son los que hay y que han de encontrar nuevas estrategias para promocionar su negocio (no olvidemos que el libro es cultura pero también es negocio, no vayamos a caer en el cinismo propio de la casta política, incluso de los descastados convertidos en casta por mor del ministerio). Al igual que el señor Palomar, los editores dan vueltas alrededor de una conclusión y obvian la más directa, quizá la más certera: invertir en aumentar el número de lectores. Eso sería promocionar la cultura… y sería negocio a medio plazo (no mucho más). Pero…
Con su permiso, subo el audio que me ha regalado hoy la presidenta de la Asociación de Libreros de Oviedo. Hoy, día del libro, ha podido volver a su librería de barrio. Acabo de llegar a mi librería… Una librería que hoy no ha tenido clientes, lectores, mirones… sobones. Sobones de libros, personas que encuentran entre los anaqueles de su librería cariño, calor, una palabra, un guiño cómplice… una sugerencia amable, una recomendación amiga… Una librera de barrio que conoce uno a uno a los lectores de su barrio… sus gustos, sus preferencias, sus apetitos literarios. A unos recomienda aquello que les gustará… A otros, más osados, les propone una lectura diferente, una lectura oxigenante, que les permita regresar a su temática predilecta después de incursionar en otro mundo fresco e inesperado. Un libro siempre es un gran regalo… Sólo los amigos te regalan libros. Sólo los buenos amigos aciertan con una lectura que te acabará gustando, aunque no orbite tu temática preferida. Sólo un librero de barrio acertará obsequiando tus gustos: a veces gustos que anhelan encontrar un texto acogedor al que dormirte abrazado; pero otras muchas, gustos sobre los que soplan vientos que invitan a girar la cara…
…echa las tuyas a remojar. Y acabo el refrán porque tengo observado que esta generación de los ROLI-CAHE-COCA (ROpa LImpia, CAma HEcha, COmida CAliente en casa de mamá), desconocen las sentencias del refranero, y se contentan con comenzar la frase: Más vale pájaro en mano, te dicen; o Quien a buen árbol se arrima, avanzan; o No por mucho madrugar, insisten; pero desconocen la parte que sentencia el saber popular y se limitan a esbozar una idea que queda inconclusa y muchas veces contradictoria con lo que pretenden expresar. Luego pasa lo que pasa (pero lo explicaré en otra ocasión porque entro ya en mi artículo de opinión). En Francia la han armado gorda las chicas del enfado permanente (con lo feas que se ponen frunciendo el entrecejo, y el dolor de cabeza que ese gesto levanta). La academia del cine francés ha premiado a Roman Polanski como mejor director y las ofendiditas se han echado a la calle, literalmente: salieron en tropel de la sala donde se entregaban los premios. Un homosexual confeso (bisexual más bien) como Oscar Wilde, que padeció cárcel por sus tendencias sexuales, escribió: El hecho de que un hombre sea un asesino no prueba nada…
Ahora que Reino Unido ya no forma parte de la Unión Europea, no veo motivo para que el inglés siga siendo uno de los idiomas oficiales de la Unión Europea. Lo contrario demostraría una britdependencia.
Ya he apuntado en este blog la conveniencia de enseñar Caperucita Roja en las escuelas y la necesidad de enseñar El traje nuevo del emperador en los colegios. Pero sus des-ilustradas señorías necesitan conocer la fábula de Tomás de Iriarte Los dos conejos. Esta fábula también puede entenderse como cuento versificado. La frontera entre una y otro es la moraleja que se extrae siempre de la fábula, pero el tinerfeño nos da aquí una magistral enseñanza que no le vendría nada mal a la señora Calvo, que con ese rostro permanentemente fruncido da la sensación de que está oliendo mierda de continuo. Recordemos esta maravillosa fábula: Los dos conejos Por entre unas matas, seguido de perros, no diré corría, volaba un conejo. De su madriguera salió un compañero y le dijo: «Tente amigo, ¿qué es esto?». «¿Qué ha de ser?», responde; «sin aliento llego…; dos pícaros galgos me vienen siguiendo». «Sí», replica el otro, «por allí los veo, pero no son galgos». «¿Pues qué son?» «Podencos». «¿Qué? ¿podencos dices? Sí, como mi abuelo. Galgos y muy galgos; bien vistos los tengo». «Son podencos, vaya, que no entiendes de eso». «Son galgos, te digo». «Digo que podencos». En esta disputa llegando…
Tenemos un nuevo ministro de Cultura y Deporte, así con minúscula (como manda la RAE), sin grandilocuencia, que es la mejor forma de estrenarse en un cargo importante. Pero no parece entenderlo así el nuevo. A bote pronto, tras leer las noticias, me ha parecido un pisacharcos. Pasamos de un estoico Guirao a un estólido Rodríguez Uribes. Hace falta ser pendejo, y más siendo filósofo (filósofo del derecho , nos dicen), para adscribirse al ideario futbolístico de una empresa. También hay que ser pusilánime para decírselo al presidente del gobierno el día que te propone ser ministro. Es como si el ministro de Hacienda dijera que es del Banco de Santander, o el de Energía dijera que es de Repsol. Es absurdo. Es una soplapollez. Y hay que ser ridículo para alardear de ello el día que tomas posesión de la cartera ministerial. Cartera (la física y simbólica) que, según nos cuentan, hubieron de decirle que no la dejara en el suelo. Más parecen detallucos de un atolondrado. Como colofón al despropósito concluye diciendo que «ahora dejaré de serlo (madridista), porque toca ser neutral». Si tan importante es ser madridista en la vida del señor ministro, que lo va predicando…