Anoche di salida a un cuento cortito que se había quedado atrapado entre mis sinapsis desde que escribiera otro, largo, hará cuatro años. Tras darlo a leer a mi areópago de betalectores, una mujer me ha aclarado: Es un cuento de hombres. Y yo he respondido, Sí, y qué… Y nada. Mis betalectores ya me conocen. Y yo a ellos. La queja ni siquiera ha llegado a crítica. O si era una crítica, ni siquiera ha llegado a queja. Ya sólo faltaba que tuviera que escribir un cuento pensando en que las mujeres, o mejor dicho, algunas mujeres con un perfil muy concreto, se sientan representadas. El cuento versa sobre un duelo que ocurre en cualquiera de nuestros pueblos. Y al contarlo, pero procurando esconderlo para que no se note, he querido dejar un regusto a spaghetti western. Aún sigo trabajando en él… Si llego a tiempo, lo subo el primero de septiembre. Si alguna de ominoso perfil quiere cambiar los dos protagonistas por dos protagonistas ellas, y a los dos que no aparecen en el cuento cambiarles el sexo, y el cuento le funciona, pues que me cuente dónde ha comprado los polvos de la madre Celestina y el…
Quiero contarte algo y escribo un cuento. Lo lees y entiendes algo distinto de lo que he querido contarte. Me lo dices, lo miro, y ahora veo algo que no es ni lo que tú has visto ni lo que yo quería contarte.
Anoche, buscando entre mis incunables juveniles un tebeo del año 1000 (literalmente del año mil, o casi…), donde venía ‘tebeificado’ el cuento popular Medio Pollito, que ayer alguien destartaló con alevosía, premeditación y publicidad, me he topado con este librito: Soy consciente de que si me lo pillan las de la Policía del Pensamiento, me detienen, me enchironan y me emasculan sin higiene. Y las bomberas del pabellón psiquiátrico F451 quemarán mis anaqueles. Así que guardadme el secreto. Pero todo acabará sabiéndose…😥 Prometo resistir y defender durante las horas de torturas y suplicio, que el género literario del PIROPO comparte espacio en el archigénero lírico junto con la poesía y el epigrama. Y soy consciente de que yo, vestido, pierdo mucho. Valor, amigos; espero no desfallecer. (Borrad el historial de vuestro navegador ahora mismooo…).
No es necesario visionar el vídeo completo. Mucho antes del primer minuto ya nos habremos extinguido. ¡Qué gente! Y se ha quedado tan ancha. Lo triste es que tienen acceso a la mente de los niños. Aparte de que lo que cuenta es más malo que la carne de pescuezo. [Ha destrozado un buen cuento: Medio pollito].
Sabio e infalible, el refranero español sentencia que Donde fueres, haz lo que vieres. Pero los políticos españoles han afilado un nuevo aforismo: Adonde fueres, diles lo que quieren oír. José Guirao, el ministro de cultura que cogió el tren de las siete y veinte, aprende rápido la mercadotecnia del partido que le ha colocado en primera línea del ministerio. Y para el poco tiempo que lleva, maneja perfectamente las tretas del manual del político. Esta vez ha maestrizado la que utilizara hace unos años el chocarrero y olvidable Josemari Aznar (cualquier presidente de la democracia ha sido peor que el anterior, a falta de que el actual tenga tiempo de calentar su nueva cama de La Moncloa y nos demuestre que cumple el aserto). El del PP se descolgó con una gracieta que fue muy aplaudida en una ¿convención? de vinateros (vaaale, enólogos) a la que había sido invitado, criticando el lema de la campaña contra la ingesta de alcohol al volante de sus sucesores. Y cuentan las malas lenguas que también se descolgó algunas jarras de primera calidad. En su derecho estaba, porque tira de chófer oficial, con el dinero de todos. Pero volviendo al Guirao, que es…
Presentación de la obra Más de 555 millones de personas podrán leer este libro sin traducción: la fuerza del español y cómo defenderla, de José María Merino (cuentista además) y Álex Grijelmo. Sentaos con tiempo para degustar este vídeo de expertos sentados y hablando de cosas muy nutritivas (no hay efectos especiales, lo siento). Y sabed que tienen razón los ponentes… no tenemos conciencia del poderío que tiene nuestra lengua, castellano o español, la lengua literaria por excelencia.
A raíz de que mis blogs se han dejado de vincular con el Facebook del tío Z me he dado cuenta de que un puñado de amigos y familiares veían mi perfil inactivo y no conocían mi página en esa red social (me tienen loco estos del Facebook, qué lío). Ese puñadito de incondicionales han llegado hoy a mi página de autor en Facebook y se han topado con el último cuento vinculado desde Cuánto cuentista: Dientes, pólvora, febrero, de Rafael Sánchez Ferlosio. Y alguien me ha comunicado por privado que, tras reenviarlo a unos amigos suyos, uno le ha contestado que ese cuento no tiene cabida en este siglo XXI. Me ha hecho una triste gracia: es un cuento, es arte. A tu amigo puede gustarle o no gustarle, pero es como si alguien dijera que la Venus de Willendorf es obscena. El cuento de Ferlosio tiene 25.000 años menos, pero sigue teniendo cabida en el siglo XXI. Quizá sea el arte lo que no quepa en este nuevo siglo, que aún no tiene 20 años y ya lo hemos echado a perder consintiendo tanta tontería y a tanto zángano haragán que tiene comida caliente, cama hecha y ropa limpia en…
En qué se parecen un huevo y una castaña.
Y aquí está la última temporada (la 4) de las subidas a Café Chéjov, con otras 13 suculentas entrevistas más. Y esto es todo lo que tienen subido por el momento. Esperamos con suspense, misterio e intriga una nueva temporada. La relación completa de entrevistas, en este enlace.