Tamtam zombi Cabalgaron varias jornadas entre riscos y vaguadas hasta llegar a la frontera con el país de los no-muertos; como no había dejado de llorar, antes de verle cruzar el guía quiso saber: «Me dejó mi novia, y ahora soy un no-vivo». Aromas 🦴🐕 Busca pareja desesperadamente, pero le huyen porque vive con dos perros.
Vuelve a este blog el gran Alberto Laiseca (Argentina, 1941-2016) reinterpretando esta vez un cuento del maestro cuentista H.P. Lovecraft, El extraño. Cumplo así mi promesa de hace diez días. Después de ver el vídeo tal vez te apetezca leer el cuento. Espero que lo hayas pasado aterradoramente…
Crucigramático Al plegar el periódico se desprendió una lluvia de letras; sorprendido, las recogió con tiento e hizo una sopa de cuento para cenar. Desayuno sin amantes Le gustaba tostar pan para desayunar; como seguía dormido, quemó la zapatilla.
«¿Y qué se aprende escribiendo?, preguntarán ustedes. Primero y principal, uno recuerda que está vivo y que eso es un privilegio, no un derecho». Ray Bradbury, cuentista (Del prólogo a Zen en el arte de escribir)
El genial Alberto Laiseca (Argentina, 1941-2016) interpreta un cuento propio, La cabeza de mi padre. Aquí se ciñe bastante al original, pero es una delicia verle reinterpretar cuentos ajenos… Dentro de unos días será. Después de ver el vídeo tal vez te apetezca leer el cuento.
Noche de copas Preguntó al policía si podía aparcar allí; cuando regresó del cotillón de carnaval un papel timbrado destacaba en el parabrisas. Largo recorrido Subió al tren, abrió el periódico, y al cabo se quedó dormido; cuando despertó, todos a su alrededor hablaban un idioma extraño.
Paseo vespertino Paseaba por el monte cuando le cayó encima el peso de la noche; al levantar la mañana la escarcha había respetado el cadáver aplastado. Sin desasnar Estaba seguro de que amor propio era hacerse pajas… y de que un auto sacramental era el coche del obispo.
Final vegetal Los veganos fueron los primeros en morir. Con la hambruna, los omnívoros se pusieron a comer sólo vegetales. Luego hubo carne para todos. Morir por creencias 🦴🐕 Votó para equiparar los derechos de los animales. Su coche inteligente decidió estrellarse con ella y sus dos hijas para salvar las cinco vidas que viajaban en el otro vehículo: la atolondrada que se saltó el STOP y sus cuatro perros.
Hace un mes escribí una opinión criticando esas palabras que se usan cual comodín verbal en cualquier conversación de hoy día. Dije que acababan convertidas en palabras zombi: tras abusar de ellas quedan abandonadas, corrompido su significado original. Hablé del hartazgo que siento del (un mes después ya en decadencia) GENIAL, y del (un mes después ya ampliamente establecido) BRUTAL. Y olvidé aludir a otra que hace años estuvo viajando de boca en boca durante una larga temporada: TOTAL. —¿Qué te parece la película? —TOTAL = GENIAL = BRUTAL. Apuntaba que eran palabras superlativas, tendentes a saturar una gradación. Se opina sin escalas alcanzando para todo un máximo absurdo, por irreal; se introduce en el discurso una cota aplanadora y la simpleza del maniqueísmo (lo que no satisface siempre es una mierda). Llevo unos días observando que vuelven los aumentativos terminados en -azo, aunque esto ya había ocurrido en el pasado. Es como si hubieran quedado larvados en el imaginario colectivo… Quizá sea la infantilización de la sociedad manifestándose a través del lenguaje (los niños magnifican lo que cuentan con estridencia), haciendo bueno el discurso del profesor José Manuel Errasti, de la Universidad de Oviedo (tras entrevistarme con él, yo…