Cuando me retiraron del café me pasé al té. Y mi hija me trajo de Alemania un electrodoméstico portátil que, de aquella, aquí no conocía. Es un aparato para hervir el agua, que allí tienen también gran tradición de prepararse infusiones, como los ingleses.
Pero hasta hoy no había necesitado escribir el nombre de ese electrodoméstico.
Y no sé si se escribirá «hierveagua» o «yerveagua». Y el DRAE hace mutis por el foro (que se borra, vamos), como corresponde a un diccionario que es una herramienta de mínimos consumados, sin que se le pueda exigir que oficie de lexicón técnico vanguardista.
Ya que se puede escribir «hierba» y «yerba», y se puede escribir yergue e irgue, digo yo que podrá escribirse yerveagua y hierveagua.
Y como nada oficial he podido averiguar, decido quedarme con yerveaguas, por si lo necesito en algún cuento, que va a ser que sí, porque lo puedo forzar, caramba. Con ye y en plural, que se me antoja más rompedor.
(Ya sé que puedo llamarle un hervidor, pero no me da la gana).
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