Cuando alguien carece de argumentos sólidos para exponer una idea recurre a la RAE y a su diccionario. Lo dice la RAE y punto pelota, viene a decirnos el ponente al que le prestamos oídos (u ojos).
El DRAE es un diccionario de mínimos consolidados y no un diccionario técnico vanguardista. Tratar de definir un concepto técnico, filosófico, científico, o incluso social, con el DRAE es una falacia propia de catetos… y de aguilillas. Se llama la falacia de la autoridad.
Pero lo propio de gente simple y sencilla que harían bien en no salir de casa para dar una opinión de escaso valor, se está consolidando como un recurso entre personas dignas de confianza en su campo.
Acabo de volver a verlo en un artículo de El País, que no voy a enlazar para no afear lo que entiendo como buena voluntad de los científicos que suscriben el artículo.
Nos están hablando de la materia oscura y hacen el esfuerzo de divulgar en palabras sencillas algo tan inasible, indetectable e incognoscible como esa materia.
Y estampan la siguiente frase:
¿Por qué no vemos algo? Según la RAE, porque carece de luz o claridad.
¿En serio Jorge?
¿En serio dos personas vinculadas al mundo de la ciencia han de recurrir al diccionario de la RAE para explicar un concepto que pertenece al campo de la física? Entendería que fuera al revés…
Rebajan su calidad recurriendo a un diccionario que únicamente sirve (y esa es su grandeza) para que los hispanohablantes nos entendamos. No se le puede exigir al DRAE que encabece definiciones técnicas cuando la propia RAE aguarda a que se asiente y consolide el uso entre los hablantes… o la definición en la comunidad científica.
Daré un ejemplo… Desde hace muchos años en la cocina de mi casa hay una mesa que según el DRAE no era una mesa, hasta que en su última edición añadieron el adverbio ‘generalmente’ a la definición del lema «mesa», y por arte de birlibirloque mi mesa por fin ha alcanzado la categoría de mesa: la mesa de mi cocina no tiene patas, y la RAE decía que las mesas han de tener patas, al menos una. Ahora, con un abracadabrante adverbio han otorgado a mi mesa un estatus que antes no tenía aunque yo siempre la he llamado mesa y la he utilizado como mesa.
Dejo sobre esa mesa mi propuesta: recurrir al DRAE cuando queremos definir algo nos hace aparecer como memos. Que según la RAE es un adjetivo que equivale a tonto, simple, mentecato, aunque a veces se utiliza también como sustantivo.
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