Los políticos incapaces
Eran unos políticos tan menguados y ramplones tan menguados y ramplones, que en vez de dictar normas las sugerían.
El pueblo displicente
Eran unos ciudadanos tan incívicos e ignorantes tan incívicos e ignorantes, que ni siguiera eran capaces de acatar los preceptos que garantizaban su salud.
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