(1) Cada vez que alguien señala (principalemente) en Facebook que cierta persona incita al odio, lo hace incitando al odio contra esa persona.
(2) Cada vez que alguien alardea (principalmente en la cloaca en que se ha convertido Facebook) de ser tolerante, indefectiblemente mostrará su intolerancia contra cualquier comentario contrario a su credo ideológico.
(3) Cada vez que los anteriores exponen en público que repudian la violencia, lo hacen con expresiones vehementes, crispadas y violentas.
¿De dónde han salido todos estos animales? ¿En qué cueva estaban retenidos tantos orcocerontes y orcocerontas? Eso sí es un misterio.
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