Vengo observando un comportamiento extendido entre los pusilánimes y los menguaditos de esta sociedad: en lugar de pedirte disculpas por haberte faltado o/y haberte fallado, optan por hacerse los ofendidos y te dejan de hablar.
Si ven que eso no te altera, una gran mayoría dará el siguiente paso: comenzarán a desprestigiarte hablando mal de ti. Y serán muy ladinos haciéndolo, perjudicándote social, laboral y personalmente. Has de tener cuidado con ellos, porque bastantes trocan en envidiosos, y ningún envidioso se cuece en su baba: un envidioso acaba dañando tu hacienda.
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