Ya todos tenemos claro que la temática infantil es una de las múltiples temáticas que pueden tratarse en los cuentos. Y que cuento no es sinónimo de cuento infantil. Pero si bien recelamos de que nos encasillen como cuentista de cuentos infantiles (para mí —personalmente, que no lo digo como opinión— son los más difíciles de escribir), es justo reconocer que los cuentos infantiles tienen un qué sé yo y yo qué sé que les hace muy muy especiales en diversos planos.
No hay más que pensar que los cuentos infantiles son la puerta de entrada a la literatura de los futuros lectores, los adultos de mañana, los que dirigirán el país pasado mañana.
Quien denoste o desprecie los cuentos infantiles es un cretino.
En la web The Conversation han subido un buen artículo sobre los cuentos de temática infantil.
Publicar ahí está reservado a gente con titulación universitaria superior. Bueno, ellos se pierden los conocimientos y la calidad que pueden aportar los autodidactas, muchos verdaderos expertos en campos no reglados por las universidades…
Por otro lado, por mor de la prefijada extensión de los artículos publicados en esta web, a los articulistas no les es posible entrar a fondo en los temas que tratan y la información no va más allá de un Muy Interesante para repipis.
Además, veo que en algunos artículos permiten mezclar opinión e información, o al menos pasión (o fijación) personal e información. En el artículo que voy a recomendar, no me queda claro si algunos de los postulados que defienden las autoras son meras impresiones o están contrastados por estudios que, quizá por la brevedad exigida, no citan. Lo breve no siempre dobla la calidad.
Sea como fuere, ¿Por qué los niños se empeñan en leer el mismo cuento una y otra vez? es un artículo bien traído que aporta una visión diferente sobre un hecho que los adultos tendemos a juzgar con mente de adulto (tengo otra teoría que quizá se complemente con ésta). El artículo invita a una reflexión y a una introspección que siempre son de agradecer: ¿cuando éramos niños también disfrutábamos con la repetición, o ese gusto por la reiteración es fruto de esta era digitalizada? ¿Nos habremos instalado en el razonamiento de las moscas?
Según los recuerdos que almaceno en mi cerebro, sí me gustaba que me volvieran a contar un cuento conocido, pero no recuerdo llegar a los niveles que los habitantes del planeta digital nos gastamos hoy en día. ¿Quién no ha visto repetidas veces el mismo episodio de una serie que le gusta? Algo puede estar pasando… y me incomoda no ser consciente de ello. La repetición fijará ideas, pero no crea nuevas sinapsis.
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