Un día para el libro en castellano

20 de abril de 2018

Leo con curiosidad los motivos de la elección del día 23 de abril como día internacional del libro. Me cuesta creer que para la fecha elegida pesara alguien más que Cervantes y el inglesito. Considero coincidencia el resto de decesos y nacimientos.

Hemos hecho bien mitificando la figura de don Miguel. Ya he dicho en un artículo que me han publicado en República de las Letras que el castellano es, por excelencia, el idioma de la literatura. No dudo de que otras nacionalidades querrían decir algo al respecto. Sobre manera los ingleses, históricamente celosos de cuanto se mueva en el orbe sin que ellos lo marisalseen. Ya que el inglés se ha consolidado como el idioma de la ciencia y de los mercados, deberíamos pelear por el castellano como idioma de la literatura (ellos lo están peleando). Haciendo una cata rigurosa nuestra literatura ha aportado al mundo más calidad que la anglosajona. Pero como en cuestiones de calidad acaban jugando arteramente números, ecuaciones y fórmulas, creo que además deberíamos dar un paso al frente.

¿Deberíamos? ¿Quiénes deberíamos?

En nuestro país no existe la unanimidad. Si se trata de elegir entre dos colores, pongamos entre el blanco y el negro, cien españoles tendrán ciento diecisiete opiniones todas distintas.

Empero, sí hemos mostrado unanimidad (que no unión) en la repulsa a que le peguen letra al himno. Puestos a aceptar por el bien común un himno impuesto por las armas, mejor distinguirnos de los demás con uno exento de letra.

Así que, pienso, deberíamos mostrar unanimidad (que no necesariamente unión) solicitando de nuestras Administra(i)ciones un paso al frente. Las entidades privadas, encabezadas por la Real Academia Española y secundadas por los diferentes gremios vinculados al libro, deberían apoyar ese paso para distinguirnos del entorno, como hacemos con el himno.

Reconozco mi ignorancia, corregida tras la lectura, sobre la iniciativa de 1926 para celebrar y conmemorar un día del libro propio. La fecha se me antoja ideal en el calendario: el nacimiento de Cervantes. De abril a septiembre corren cinco meses.

Tengamos, pues, dos festividades librerísticas. Caminemos con el resto del mundo el día 23 de abril, pero creemos el Día del Libro en Castellano el 29 de septiembre, fecha del nacimiento de Cervantes.

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