Hace tiempo que no leo nada de Reverte. He dejado de leerle hace meses, cuando me pareció notar que este hombre había mutado en personaje, y que se produce como tal y no como un autor. Aunque cada cual está en su derecho de expresarse como le venga en gana, los personajes, aun tratándose del excelso don Quijote o de la eximia Lolita, son caricaturas de la realidad. Hoy he picado ante un titular que me invitaba a leer lo que Reverte (personaje o autor) dice de la autocensura, de moda a raíz de las nuevas tecnologías: «Pérez-Reverte: «La autocensura nos está tapando la boca»». ¿Y qué dice de este tema? Pues que la autocensura es culpa de los demás… ¡Vaya!, esto es nuevo en Reverte. En lugar de decir gallardamente que no tenemos cojones para enfrentarnos a grupos organizados que se producen agresivamente disparando infección desde un forúnculo de una red social, Reverte culpabiliza a los otros. Si algo es AUTO- a mí no me cabe duda de que la culpa es de uno mismo; maquillarlo no sirve de mucho. En una ocasión me regalaron un adagio: «No digas ‘me han hecho’; di ‘he dejado que me hagan’». Las…