Una semana más he concursado sin éxito en Relatos en Cadena… SER, en el programa La Ventana, dirigido por Carles Francino. Me he acostumbrado mal al rozar las mieles del éxito en mi tercera comparecencia. Aquí os dejo mi cuento de esta semana. Ya sabéis que la frase en negrita es el texto con el que tenía que comenzar el minicuento de esta semana. Esta vez he enviado un minicuento no sé si de género negro o quizá marginal, o a lo mejor un trocito de roadtale. Un cuento descarnado seguro. A lo mejor no ha gustado la crudeza que como que quiere asomar, o quizá es que choca con el tratamiento socialmente correcto que hay que dar hoy en día a las damiselas, o a lo mejor las palabras fornicar y polvo no son aptas para este horario. De los tres cuentos seleccionados, a mi juicio sólo el que ha ganado tenía realmente calidad (el mío no lo sé si la tiene). A lo mejor a Juan Madrid sí que le gustaba… Dura lex, sed lex “Sufriendo lo indecible por amor””, reza la leyenda entre las piernas del pibón del almanaque. Almanaque adosado a una mugrienta pared. Pared que…
Ayer jueves me habían invitado a la presenta de La tumba del rey, de la gijonesa Carlota Suárez, en la biblioteca pública de Llastres. Carlota apareció acompañada de su pareja (que se ocupó de que todo estuviera a punto) y de su librera de confianza (que fue la conductora de la entrevista), y llegaron apertrechados de un proyector para apoyar su presentación con el visionado de fotografías y vídeos. La combinación de comparecencia presencial y nuevas tecnologías agilizó y amenizó la presenta. Carlota nos contó el trabajo de documentación que abordó para su segunda novela, ubicada en la localidad grancanaria de Agaete. La tumba del rey es una novela negra que discurre en la isla y tiene como trasfondo la excavación arqueológica de unos túmulos icónicos en aquella región. La novela excava también en el interior oculto de los seres humanos, dotando de un trasfondo psicológico a este género policial y detectivesco, morboso por definición secular. Según nos contó Carlota, tanto la brigada científica de la Guardia Civil, como el equipo de arqueólogos, como las personas en posesión del conocimiento histórico de esta bella población insular, se volcaron con ella en las labores de documentación que requiere todo trabajo bien…
Otra semana más que pifio. Bueno, quizá se me ha subido el yo-yo a la cabeza, no lo niego, pero la leche, a fe que no estoy mandando cuentos flojos al concurso de Cadena SER. A las 18:00… La ventana de los libros. Amores reñidos, los más queridos Antes de ver lo que Arturito, el repetidor, llevaba en su caja de compases, todo sexto corrió despavorido: ¡Angelita le había rechazado la tarde anterior! Pero entre los compases Arturito traía un clavel amarillo. Angelita, sonriendo con ternura, lo descuajeringó. Arturito, encolerizado, la agarró del cuello para estrangularla… o besarla… Pero Angelita, que sabía pelear, sujetó la cabeza de Arturito y le arreó un rodillazo en sus partes. Arturito se desplomó gimiendo y Angelita, arrepentida, se agachó y le estampó un beso en ‘toa’ la cara. Arturito rió bobalicón: «me quieres…». Angelita, enrabietada, se incorporó y le propinó una patada. Ahora son felices con su matrimonio… Y al cruzarse por la calle continúan ignorándose. Bueno, seguro que esta semana los hay mejores. No lo había leído desde el miércoles que lo había enviado y ahora no me parece nada del otro jueves. Pero no cejo, no cejo… jajajá.
La segunda parte de mi visita del viernes a Oviedo me llevó a otra presentación, mucho más alegre y para nada agorera. Tenía lugar a las 19:30 en la Librería Reconquista, propiedad de la presidenta de la Asociación de Libreros de Oviedo, Mar Prieto. Mar nos había preparado una vespertina más que sabrosa: Isma Villasol nos presentaba su recopilación de poesía instagramera. Sí, como lo lees: Instagram ha unido una pléyade de novísimos poetas que dejan constancia de su obra literaria en la plataforma visual por excelencia. Como nos contó allí mismo, Isma había observado este fenómeno y contactó con treinta y ocho autores de siete países diferentes que le cedieron muy gustosamente los derechos para autoeditar un libro recopilatorio de poesía de Instagram. El título del libro, como no podía ser otro, Amamos la poesía: Antología poética – Instagram 2019, y sus ganancias están destinadas a un fin social. De izquierda a derecha: Sara Cangas, María Latores e Isma Villasol Con Isma estuvo María Latores, una de las coautoras del poemario, y ambos nos conmovieron al leernos una selección de poemas bien escogidos, obras propias y de otros compañeros que fueron buena muestra de lo que el poemario ofrece….
Anteayer viernes me fui hasta Oviedo con un doble programa. A las 17:30, Covadonga González-Pola presentaba, acompañada de Alex Sebastián, su nuevo libro El bosque de Sleipnir en una cadena de librerías tan famosa que no necesita de mi publicidad. Covadonga González-Pola presentando El bosque de Sleipnir Según nos contó la autora, que también es ambientóloga y editora en Madrid del sello Tinta Púrpura, Sleipnir era el caballo de ocho patas de Odín. No me enteré muy bien qué pinta el brioso caballito del dios nórdico en el argumento de esta novela corta, pero sí supe que este trabajo versa sobre una distopía medioambientalista (tan de moda en este comienzo de siglo, una vez carpetavetado el miedo al apocalipsis nuclear) que tiene por escenario el último bosque del planeta y por protagonista a una niña refugiada que arrastra unos problemas familiares huyendo por entre los restos de un extinto régimen autoritario. La atmósfera futurista se la da una red de cámaras en desuso (al estilo del Gran Hermano orwelliano; para los de la LOGSE, al estilo de Los juegos del hambre) que se convierten en las narradoras de la obra que allí nos presentaron. La novela cuenta con casi todos…
(Probando emojis; sí, sé que me he pasado, pero también sé que me paso de ironías y sólo las pillo yo; a ver si con los emojis no aparento tan chulo y engreído). Esta semana no me han llamado de la Cadena SER 😉, y mira que mandé un cuento que encajaba con la tendencia que está siendo premiada 😎. Sí,claro: he estado estudiando el tipo de cuentos premiados 😅 y creo que puede extraerse un perfil… Lógico por otra parte, porque un género tan minimalista como el minicuento maniata bastante 😲. Ahora toca observar para cotejar si los subsiguientes finalistas semanales mantienen el perfil que he inferido a fin de ratificarme 😁. Y comprobar si con el paso del tiempo se van introduciendo sutiles desviaciones que a su vez se conviertan en tendencia, alterando el perfil inicial. Muy interesante este estudio… 😃 Sin duda reciben muchos buenos minicuentos entre la media de ochocientos semanales. Y tampoco sería prudente para la imagen del concurso que llamaran al mismo tipo la semana 6 y la semana 8 😇. Y además… por qué no reconocerlo… tuve algo de chamba la semana 6, dado que habiendo tanto donde elegir me llamaron a mí…
Éste es el minicuento que había enviado al concurso Relatos en cadena, de Cadena SER, para participar en el primer lunes de noviembre, la semana 7 de este curso 2019-2020. Ellos son nosotros No es cierto que tengan siete vidas. Son muchos, pero no son tantos. Vamos, chavales: ¡podemos echarlos! La calle es nuestra. NOSOTROS MANDAMOS. ¡Vamos, vamos! La razón está con nosotros. Arriba, ARRIBA… ¡Levantad ese ánimo! Llevamos muchas horas, pero ha llegado el momento. ¡VAMOS A POR ELLOS! Protegeos y luchad. Nos piden que vayamos hasta la barricada. Lo escribí para mí, no para el concurso. Hubiera sido demasiado hubiera sido finalista dos veces consecutivas… Lo cierto es que se me ocurrió la idea y me lancé a ella. Pero sé que necesita explicación… Es un minicuento donde no se sabe de qué se habla hasta la última frase. Y una vez terminado el cuento, el lector no sabe de qué bando habla el cuento. (Obviamente habla de los disturbios de estos días atrás en Barcelona, pero también de los que había en mi Bilbao años ochenta). Pero no pasemos por alto el título. Si se lee despacio, el título habla de una identificación. Pero si se…
Esta semana pasada participaba por tercera vez en el concurso de la Cadena SER «Relatos en cadena», del programa LA VENTANA. Pues el mío ha sido uno de los tres finalistas entre 814 minicuentos presentados esta semana. Hoy por la mañana me han llamado de la radio para informarme del reconocimiento que han hecho a mi trabajo y para pedirme que estuviera localizable durante la emisión del programa. Se trata de crear un minicuento de cien palabras máximo a partir de una frase que ellos te dan. Título y frase inicial no contabilizan para el cómputo de las cien palabras. Una vez en antena, leen los tres minicuentos finalistas y cada uno de los autores damos nuestro voto a uno de los otros dos minicuentos. Luego, una nómina de expertos votan también al minicuento que más les haya gustado. Así se elige el ganador de esta semana, que luego optará a ser ganador mensual. Los ganadores de cada mes (de septiembre a junio) participan con su minicuento ganador mensual en una final anual con premio en metálico. Con humildad he de reconocer que mi cuento no ha recabado ningún voto en esta fase final. Pero al menos ha sido elegido…
Mi segunda participación en el concurso de Cadena SER «Relatos en cadena», del programa LA VENTANA. El minicuento debe comenzar por con la frase A seguir viendo la tele: En soledad coral A seguir viendo la tele entre hibernados con níveas crestas y gárgolas de crasas testas que ni ven, ni sienten, ni padecen los dolorosos parpadeos destellantes que emanan de la pantalla en la quietud silenciosa del vaho a orín que satura la atmósfera de la sala, incapaces de retener la rauda ligazón de sinalefas de contertulios oráticos, y sin vista para leer, ni pulso para escribir, me veo aparcada en mi silla de ruedas, abandonada frente al televisor mientras ellos ríen y charlan y comen dulces en la sala de celadores, y recuerdo que mientras fui joven jamás pensé terminar así. Un minicuento que casi ocupa el total de palabras permitidas pero que se desarrolla en una frase laaarrgaaa y abarrorrocada. Este minicuento nos hace pensar en situaciones que vemos lejanas pero que acaban llegando. Aquí los ganadores de esta semana 5, para ver qué tal eran.
Ésta es mi primera participación en el concurso de Cadena SER «Relatos en cadena», en el programa LA VENTANA. Veremos qué tal lo hago. El minicuento debe comenzar por con la frase Tampoco hoy encontré trabajo: Apocalipsis XXII Tampoco hoy encontré trabajo. Llego cansado de caminar… He ido a la gasolinera de arriba, al supermercado de la esquina, al prostíbulo de abajo… Acabamos de entrar en el nuevo siglo, y no hay trabajo para un profesor de informática. Hoy día cualquier padre sabe conectar el ordenador al cerebro del hijo. Hacen que todo sea tan fácil… Miraré en el cristal, a ver qué trae la oferta de empleo pública… ¡Otra vez ese anuncio!: Oposiciones a verdugo. ¿Qué será eso? Un minicuento futurista donde la tecnología ha evolucionado, los problemas de nuestra época persisten, pero socialmente ha habido una involución. Aquí el enlace para cotejar con los finalistas de la semana 4.
Este pasado viernes, 16 de agosto, me había comprometido con Tania Alonso, con mi club de lectura llastrín, y con la autora, a volver a la biblioteca de Llastres para la presentación de la novela Desaparecer, de Marina Sánchez Braña. La veinteañera nos contó que con el libro ya terminado, el Tutivillus informático hizo desaparecer todo el trabajo del disco duro. Así que haciendo del dolor virtud, se puso a la tarea de escribirlo de nuevo. No digo de reescribirlo porque, tal y como nos confesó, este segundo libro es otro que poco se parece al que el maléfico diablo Tutivilo (para otros autores no pasa de duende burlón) se llevó del mundo de las cosas al limbo de lo que pudo haber sido y nunca será. Marina Sánchez Braña Marina nos contó también que su gusto por la música queda reflejado en la novela, enumerando las canciones que el protagonista está escuchando en cada momento, siendo la música un hilo conductor del transcurrir de la escena. La novela comienza con un discurrir de conciencia y a tenor de lo que nos explicó Marina, al rehacer el libro decidió asumir el reto de narrar desde la mente de un protagonista…