Los microcuentos de la pandemia Lee la serie completa Microcuento de la pandemia 😷.361 —¡Hostia, señora! Apártese de una puta vez, coño. Y no se arrime, cojones. —Es usted un maleducado. —No señora, soy un malhablado. La maleducada es usted que no respeta la distancia de seguridad. Microcuento de la pandemia 😷.362 —Y lo que nos vamos a ahorrar este año en participaciones de lotería no deseadas, gravadas con las falaces donaciones que se hurtan a Hacienda… Sin buscarlos, los greguecuentos de la pandemia me han encontrado. Aquí dos más a añadir a los 360 ya subidos. Quizá, si me llegan algunos más, me decida a juntarlos en la entrada donde los he reunido todos. Que por cierto, ya he eliminado las páginas de WordPress donde estuve publicando estos microcuentos.
Ley del embudo catalán —El que quiera hablar catalán, que lo hable. —Eso digo yo. Para eso estamos en democracia. —Y el que quiera hablar español, que lo hable. —No… eso no. Ley del embudo vasco —Hemos decidido democráticamente que no queremos ser parte de España. —Me parece bien: idos. —Navarra se viene con nosotros. —Eso tendrán que decidirlo los navarros. —No… eso no.
Líder y 3 …Menos mal que el líder de la extrema izquierda tampoco se llama Emérito Rey Amado. Lideresa y 3 …Al fin y al cabo tampoco la ministra de (rojo) i-gualda-d se llama Lucía Pito Grande. (los nombres y apellidos aquí significados existen en España, ¡palabra!)
Líder 2 ¿Aliviará pararse a tomar el café de la tarde, y aborreciendo la religión saber que el segundo apellido –Turrión– te recuerda la Navidad? Lideresa 2 No causa hilaridad pararse a tomar el té de la tarde con las amigas, tener a gala ser ministra, y apellidarse Gil de segundo.
Líder Tiene que ser muy jodido levantarse por la mañana, recordar que se es el jefe de la extrema izquierda, y apellidarse «Iglesias» para siempre. Lideresa Tiene que ser muy jodido levantarse por la mañana, haberse posicionado públicamente en contra de la caza, y apellidarse «Montero» para siempre.
Imagina la historia Imagina que los nazis perdieron la guerra, pero en su estertor final lanzaron sendas bombas atómicas sobre Londres y Nueva York. La escalada armamentística de la Guerra Fría no se hubiera dado y no hubiéramos vivido esta guerra atómica. Imagina la prehistoria Imagina que genéticamente la mujer fuera más grande que el hombre, como ocurre en otras especies. El hombre hubiera vivido acosado y maltratado. Hubiera sido esclavizado y torturado por la mujer. La especie se hubiera extinguido.
Los políticos incapaces Eran unos políticos tan menguados y ramplones tan menguados y ramplones, que en vez de dictar normas las sugerían. El pueblo displicente Eran unos ciudadanos tan incívicos e ignorantes tan incívicos e ignorantes, que ni siguiera eran capaces de acatar los preceptos que garantizaban su salud.
«Te empeñas en seguir llamándolos relatos y luego hablas de cuentistas. Algo te falla en esa lógica».
«Cuando el canto ya es esférico, seguir puliéndolo lleva a mermarlo. Lo mismo ocurre con el cuento». Un escritor inédito a un corrector que buscaba cobrar
«No sólo comprendí entonces que la literatura era un quehacer profundamente serio, sino también que, al menos en mi caso, ella entrañaba un peligro físico. Sentirme amenazado me deprimía y me restaba libertad para escribir, así que hice mis valijas». James Baldwin, cuentista
«Me sería más fácil cambiar, coquetear con los directores de revistas. No tengo ganas de traicionarme, quiero hacer solamente lo que me interesa. Y lo que me interesa es escribir sin que nadie me dirija, ni me compre. En Estados Unidos cuando uno se agacha, no se levanta más». James Purdy, cuentista