Estoy pendiente de publicar la segunda parte de mi lectura crítica al Plan Nacional de Lectura. Entre tanto, leo en Librópatas que El propio hogar es el lugar favorito para la lectura, y no puedo pasar sin recordar que ya dije en la primera parte de mi crítica a tan soso Plan que la propuesta era absurda: Tienen otro apartado (siguen sin hablarnos de proyectos) para Crear nuevos espacios de lectura. Si se refieren a espacios físicos, debo decir que yo donde mejor leo es en mi casa. Al igual que este impenitente tuercerrenglones, el 97’4% de los españoles encuestados dicen que su lugar favorito para leer es su hogar. En la encuesta anterior éramos el 95’9%… ¿Es que en el Ministerio no manejan estos datos? ¿O es que no les interesa lo que proponen? Quizá me pasé de ironía, pero la crítica iba implícita… a qué crear algo que no hace falta. ¿De verdad alguien se cree que por crear lectódromos la población va a leer más? Es como llenar el país de campos de béisbol y pretender que toda la población siga este deporte. Hay factores a tener en cuenta: arraigo, base, hábito, idiosincrasia, trabajo de zapa… PLANIFICACIÓN….
Ya todos tenemos claro que la temática infantil es una de las múltiples temáticas que pueden tratarse en los cuentos. Y que cuento no es sinónimo de cuento infantil. Pero si bien recelamos de que nos encasillen como cuentista de cuentos infantiles (para mí —personalmente, que no lo digo como opinión— son los más difíciles de escribir), es justo reconocer que los cuentos infantiles tienen un qué sé yo y yo qué sé que les hace muy muy especiales en diversos planos. No hay más que pensar que los cuentos infantiles son la puerta de entrada a la literatura de los futuros lectores, los adultos de mañana, los que dirigirán el país pasado mañana. Quien denoste o desprecie los cuentos infantiles es un cretino. En la web The Conversation han subido un buen artículo sobre los cuentos de temática infantil. Publicar ahí está reservado a gente con titulación universitaria superior. Bueno, ellos se pierden los conocimientos y la calidad que pueden aportar los autodidactas, muchos verdaderos expertos en campos no reglados por las universidades… Por otro lado, por mor de la prefijada extensión de los artículos publicados en esta web, a los articulistas no les es posible entrar a fondo…
Charlando de cuentos con una amiga, hablando de qué puede interesar más a una editorial, ha surgido un debate. Identificamos en los cuentos dos cualidades: su fuerza y su belleza. Quede claro que la medición de estas cualidades va a ser siempre subjetiva. Definimos como belleza del cuento la elegante prosa con que está escrito, próxima al lenguaje lírico, habiéndose escogido con esmero las palabras, el ritmo, la sonoridad… incluso las pausas. Entendemos por belleza el cómo está contado el cuento. La belleza exalta las emociones. Por la fuerza del cuento entendemos su capacidad para epatar, para alterar el ánimo, para inducir a reflexión… y hasta para anidar en la mente del lector. Por fuerza entendemos el qué cuenta el cuento. La fuerza exalta las pasiones. Ambas cualidades no se excluyen mutuamente. Un buen cuento debería estar escrito con bellas palabras y poseer gran fuerza, pero mucho me temo que eso queda reservado únicamente a los grandes maestros cuentistas: Chéjov, Quiroga, Maupassant, Bosch, Poe, Rulfo, Kipling, Cortázar… Andando el debate, hemos establecido dos sistemas de calibración. El primero es una escala de 0 a 100 para cada una de estas dos cualidades. Un cuento podría tener 75 puntos de fuerza…
Pues mira que no soy para nada conspiranoico, aunque mis manías reconozco tener. Pero me han borrado (o se han borrado) las dos últimas réplicas que en el Facebook hago a los artículos subidos a este blog. Ayer estaban. Hoy no están. Curioso. Mi último artículo lo intitulé Homenomejodas, y por la chabacanería del título que ya reconocía en la introducción no habrá sido. En el artículo anterior criticaba no sin acidez el Plan Nacional de Lectura. ¿Será que ha molestado a alguien que sea crítico con Pedro Carapiedra, el actual presidente del gobierno español, y su satélite Pablo Marmolflauta? Vaaaya… Si ha sido por eso me alegro mucho, la verdad. ¿Tendré que buscar a los antagonistas políticos gobernando en alguna taifa autonómica para demostrar que critico la mediocridad independientemente del color del carnet de los tipos y tipas (aquí sí que conviene desdoblar) que nos desgobiernan? Pues si esto les ha molestado, ya verán las que están por venir. FUERA MIERDOCRES. Me haría mucha ilusión comprobar que me han borrado esos dos enlaces y no que se hayan borrado misteriosamente. Aquí están otra vez, y si me los vuelven a borrar los volveré a subir. Señores de Facebook, no…
Con título tan vulgar y chabacano el lector pensará que quizá hoy ande con la guardia baja. Pero de verdad que viene al pelo de este artículo leído durante la semana que hoy concluye en la web de la ACE, la Asociación Colegial de Escritores de España: El español es la cuarta lengua más poderosa del mundo . Y viene a cuento de mi llamada de atención en este blog, Las orejas del lobo. Ya tenemos al francés por encima de nuestro castellano (o español, qué más da…). ¿Alguien conoce alguna obra literaria en francés que esté a la altura mundial de nuestro Quijote? Algunas cosas tienen muy buenas, pero a juicio de los canonistas internacionales, no llega… Y nuestros grandes autores superan a los más grandes escritores franceses, que son muy muy buenos (nobleza obliga) en calidad y cantidad. Pero ahora estamos por detrás de una lengua que se ha expandido mayormente en África. América del Norte, Central y del Sur parecen no contar. Ya…, ellos están en Canadá, pero no me parece que diez millones y medio de francófonos canadienses sostengan aquello como punta de lanza: todo Canadá tiene menos habitantes que España. Aquello es un gran descampao….
El 24 de abril escribí esto en este blog: La guerra sorda castellano-francés. El pasado 9 de enero he leído esto otro en un diario nacional: El Gobierno de Sánchez abandona el plan de fomento exterior del español. Ni Rajoy ni Sánchez, ni el PSOE ni el PP, están interesados en hacer algo por el país. Su único interés es demostrar que pueden plegar al otro. Derrotar en lugar de colaborar, tirar piedras cada uno desde su ventana obstaculizando los caminos. Para ello fraguan alianzas con metemuertos y sacapelotas que aspiran a destronar a estos partidos de la vulgaridad en la que se han instalado. Y mientras tanto… la fábula de Iriarte cobrando vigencia: Los dos conejos, por si alguien necesita recordarla. Sigo manteniendo lo que concluí en mi artículo. El francés, que parte en inferioridad de condiciones, nos ganará la partida. Y así seguirá diluyéndose este país. Somos nuestro peor enemigo.
Hasta el CDTL de Llastres me fui ayer, 20 de diciembre, para asistir a la presentación de la novela Mujeres Errantes, de Pilar Sánchez Vicente. Me sorprendió la asistencia (conté entre 28 y 30 personas) a la presentación de un libro que ya lleva varios meses en las librerías. Muchas de las mujeres asistentes (eran el 90% del público), se habían leído la novela de la historiadora gijonesa, y compartieron anecdotario marinero. Pero había entre el público unas mujeres muy especiales… abuelas que habían vivido en primera persona las vicisitudes de las protagonistas de la novela de Pilar, trabajando doce y catorcer horas sin estar aseguradas en factorías de pescado mientras sus maridos faenaban en la mar o se consumían en la tierra y en los bares del pueblo cuando faltaba el trabajo. Sin duda, mujeres duras de las que ya no se hacen en la Tierra. Ya sabemos lo que dice la canción… (…) no hay quien pueda, no hay quien pueda, con la gente marinera. Quedo muy agradecido a los socios del Club de Lectura El Faro, de Llastres, por recibirme el año pasado con el calor con que lo siguen haciendo cada vez que mis obligaciones laborales…
Lo que va a quedar escrito no va a gustar a un sector de población que se produce continuamente de manera fundamentalista y visceral. Me atacarán (me atacarán a mí, incapaces de abordar mi punto de vista) con torticeras artes y arteras mañas sin entrar a deslindar lo que yo digo del credo que defienden con agresiva impudicia. E instalándose en la falacia del espantapájaros, arremeterán contra lo que no he dicho y ni siquiera pienso. Habiéndome puesto vendas y tiritas antes de llevarme el tajo —más para advertir a los desnortados de que no se dejen llevar por argumentos momentistas, modas y tendencias, que por miedo a la ley mordaza que tratan de imponer erigiéndose en imames de la opinión pública—, paso a exponer mi punto de vista. Lluevan palos que lomo tengo. Se está celebrando la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en México, y está siendo, como en ediciones anteriores, todo un éxito. Algún año tendré que volver a cruzar el Charco para ver con mis ojos las bondades que año tras año cuentan los medios de comunicación. Allí han aprovechado la circunstancia de la vigésima quinta edición del Premio Sor Juana Inés de la Cruz, para…
Ayer estuve en el auditorio de la Universidad Laboral, en Gijón, para visionar por enésima vez Taxi Driver, de Martin Scorsese. Pero esta vez había algo especial que haría que la proyección fuera inolvidable. Sí, la película se pasó en versión original subtitulada… y la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA) interpretaba la banda sonora del film. ¡¡EN VIVO Y EN DIRECTO!! Increíble… Increíble… E impagable… Pero es que además el acceso a la proyección fue gratuito. Fui con el colaborador de la sección de cine del programa La buena tarde, de la RPA. Y me iluminó en la escena en la que el mismo director, Martin Scorsese, se pone ante la cámara para encarnar a un personaje desquiciado… El que mira la silueta en la ventana desde el taxi de Travis Bickle. El filme ha envejecido bien. Se le notan los cuarenta, pero quién no agradece volver a los años setenta con la mente y rememorar aquellas estéticas. La de Jodie Foster particularmente. Empero, la de Robert De Niro, cuando la mente del taxista da el vuelco, podría emplearse en cualquier película de hoy en día sin desentonar. Será que las modas militares evolucionan poco. La OSPA estuvo…