Refrán del Abuelo Santos No te cases con viuda, que tiene el potorro roto, y después te puede decir «Más grande la tenía el otro». me lo contó el Abuelo Accediendo al rocódromo —¿Me da el tique? —Ahora mismo se lo hago. Como no lo pide nadie… —Su misión es darlo aunque no se lo pidan. —Para que lo tiren… Y luego vamos de ecologistas al monte, ¿eh?
El juego y el fuero —Juegas con negras, jajá. —Eres un cerdo racista, y lo sabes, ¿verdad? —Me tendré que dejar ganar para no ser un supremacista, ¿eh? Ajedrez humano Un peón se niega a coronarse dama porque es muy macho; otro va feliz, pues es transexual; un tercero corona en caballo por ser transespecie. El cuarto, peón negro, quiere coronar en pieza blanca.
No está claro en qué momento los Montero Iglesias han confundido mi-nis-te-rio con co-me-de-ro.
Sinestesia —Han llamado del concesionario. Voy a por el coche. —De qué color lo encargaste, ¿negro, gris…? —Verde —¿¡Para un coche fúnebre…!? Padre perroflauta Un padre con moño está comprando 115 gramos de chorizo en el colmado y su hijo saca los pimientos verdes y los tomates de la caja y los alinea en el suelo. La tendera le riñe: ¡el género no se toca! El padre, ofendido, replica que su hijo está jugando y que no se puede coartar su creatividad.
Psicólogos y filósofos (los que puedan quedar con criterio propio) están de acuerdo en que esta sociedad se va al garete por estar infantilizada, y al igual que los críos anteponer los sentimientos a la razón. Cierto que no son personajes influentes y apenas gozan de la atención de los altavoces mediáticos. Pero cuando alguien les da voz se les escucha alto y diáfano. Tan claro lo dicen que molestan. Molestan a los indigentes mentales que ponen los sentimientos por delante de la razón, entre los que se encuentran muchos dirigentes de la sociedad (no sólo políticos, ¿eh?). Un ejemplo palmario ha sido la consigna, que algún zoquete difundió, y caló en esta sociedad sin norte ni futuro, de SALVEMOS LA NAVIDAD. Una estulticia sin precedentes que cayó cual semilla nueva en tierra abonada. Ahora otro imbécil dice SALVEMOS LA SEMANA SANTA. Y volvemos a las andadas porque la sociedad carece de memoria y nuestros gobernantes carecen de bemoles y gobiernan a golpe de like y dislike feisbukero. Yo diría SALVEMOS VIDAS, pero carezco de altavoces mediáticos. Y aunque los tuviera mucho me temo que no oiría más que el eco de mi voz y alguna risita. Porque lo que…
España se va. Se va al garete por el sumidero de la autocontemplación y de su incapacidad para parar el desmán(telamiento). Lo ve todo el que no está fanatizado. La política de tifosi emprendida por los golfos extremistas (la extrema mierda y la extrema hez) ha dado mentecatos apesebrados y apesebradas y consumidores de oxígeno que ni producen ni generan ni sirven para nada que no sea hacer ruido y dar voces. La sociedad infantilizada que antepone los sentimientos a la razón acabará con el bienestar de los españoles. De todos los españoles, incluidos los corifeos que dan voces en las calles. A ver si todos estos zoquetes, vagos y medianías me entienden: el comunismo, allí donde ha crecido, ha dejado pobreza. Es un hecho histórico… Y ha puesto a trabajar a los vagos… sovjós, koljós y otros tipos de falansterios y comunas. Este nazikomunista os va a joder, vagos congénitos, ¿o pensáis que va a dejar el coche oficial para volver a coger el autobús? Esto me recuerda la fábula Las ranas pidiendo rey, de Samaniego, basada en la de Esopo. Veo a muchas personas encabronadas con la situación. Los influentes se van porque aquí no se puede hacer…
A veces en la verdulería del facebook encuentro algo nutritivo (una vez al año, pero si es bisiesto, una vez también). Ayer ha sido el caso. Una feisbuktarra (que vive en el facebook, vaya) ha posteado esta noticia: Una presentadora de Telemundo pierde los nervios en directo: “¡Aquí se habla español!” He tenido que buscar el corte en el repositorio vertical de vídeos y aquí te lo dejo: Así se pliega a la patulea de vagos indignaditos que permitimos que nos asuele. Tú me chuleas, yo te pongo en tu sitio. Estoy hasta los higos de tanta tolerancia zapatera. «Hay un límite en el que la tolerancia deja de ser una virtud». Edmund Burke Así o haciéndolos pasar de uno en uno por el ring. Abdominales, correr, sudar sangre, escupir dientes, seguir pegando cuando las luces se te apagan… En una frase: tener espíritu de sacrificio, capacidad de sufrimiento y afán de superación. Pero hemos creado una sociedad muelle que antepone sentimientos y emociones a la razón, y en consecuencia es una sociedad blanda y amorfa, infantilizada, ofendidita, resentidita una realidad que no comprende, ni norte ni futuro tiene. Amamantamos caprichosos y consentidos niños treintañeros en lugar de adultos que…
«Si vienes a mi país aceptas mis normas y acatas mis costumbres, vengas como visitante o como residente. Si no te gustan, vete; mi país no te necesita. Es lo que me exiges a mí cuando voy a tu país, y no te llamo racista».
Es triste, resulta patético, y a mí me da alipori, comprobar cómo escritores de medio pelo, esos que logran publicar pero que no logran vender, han entablado una absurda carrera para adosar a su currículo una suerte de precocidad muy precoz (que diría Miliki). Lo voy viendo en cada entrevista que leo desde hace tiempo. Pero hasta la semana pasada no me había dado por coleccionar las majaderías que van cayendo en mis manos. Qué forma más estulta de perder credibilidad. Cierto que la pregunta es de lo más chorra, algo así como: Y tú, ¿cuándo has empezado a leer/escribir? Si de las facultades de las hilarantemente llamadas ciencias de la información salen estas preguntas, me da por pensar que el profesorado no está haciendo su trabajo. Deberían filtrar a quienes preguntan bobadas y no promocionarles con el titulito. ¿De verdad es importante saber cuándo el autor ha empezado a escribir? No me imagino preguntar a un físico cuándo tuvo su primer contacto con los números. Son preguntas que no las hace un crío de cuarto de primaria porque ya tiene sentido del ridículo. Pero vamos con los botones de los autores. No siempre hay pregunta, que sueltan la memez…