La diva cuentista

1 de marzo de 2025 | Luis R. Miguez

La siempre guapísima Julianne Moore ha levantado la voz para poner el grito en el cielo porque han llevado al dique seco un libro suyo escrito para público infantil.

• Julianne Moore, “en shock” después de que Trump haya prohibido un libro suyo para niños.

» Se trata de un cuento infantil sobre una niña que aprende a aceptar sus pecas como parte de su identidad y de la diversidad humana.

Antes de comentar la noticia quiero poner en cuarentena su traducción. Está claro que el medio español no la ha generado, sino que hace un copia-traduce-pega de algún medio estadounidense que no se cita.

Sabemos que las redacciones se han llenado de bisoñez y mediocritud (más amarga que la mediocridad), y que campa por ellas el servilismo a la ideología que paga la tostada-sin (sin mermelada).

Puesta la venda antes de la herida, paso a desnudar cómo nada es verdad ni es mentira, sino que todo es según el color del cristal que interesa potenciar.

Ya has visto que el titular (que funciona como cibermacizo, ¡te macizan para que piques!) dice que Trump ha prohibido un libro para niños de la bellísima artista: directamente Donald Trump en persona, como si el tío no tuviera otros saraos más potentes en los que meterse estos días.

Pero en el segundo párrafo se desmiente el titular:
«El Gobierno de Donald Trump ha prohibido este libro infantil en las escuelas administradas por el Departamento de Defensa, esto es centros para hijos de militares».

Ya no es Trump, es su gobierno. Ya no es que el libro haya sido prohibido (en todo el territorio estadounidense, incluidas todas las librerías), sino que es que se «ha prohibido», en las escuelas que el gobierno mantiene para los hijos de sus soldados, sean tropa o sean mandos.

Y si seguimos leyendo veremos que tampoco se ha prohibido, sino que se va a dejar de pagar su difusión con dinero público en unas escuelas muy concretas.

Parece ser que Moore sí ha dicho que está en shock, que para aquellas latitudes a lo mejor es como aquí decir que alucina en colorines; es obvio que en shock no está puesto que puede escribir en una red social.

Nos dice doña Julianne que el libro trata de una niña que odia sus pecas, en lo que vendría a ser otra versión autobiográfica más. A lo largo de la noticia se nos va a insistir constantemente en que la señora Moore fue alumna de las escuelas de militares porque su padre era un héroe de la guerra de Vietnam. Parece ser que está bloqueada, porque (parece ser) ella es una pura y cristalina patriota, hija de un militar que perdió una guerra en suelo extranjero, una de las especialidades de los Estados Unidos.

«Moore detalla que “Freckleface Strawberry es una historia semiautobiográfica sobre una niña de siete años a la que no le gustan sus pecas, pero que finalmente aprende a vivir con ellas cuando se da cuenta de que es diferente como todos los demás”».

El lector de la prensa digital ya va por la mitad del segundo cuarteto y aún no entiende de qué va la cosa. Seguimos buscando que no analizando:

«“Es un libro que escribí para mis hijos y para otros niños para recordarles que todos luchamos, pero que estamos unidos por nuestra humanidad y nuestra comunidad”, prosigue la actriz, que aclara que para ella es especialmente dolorosa la prohibición porque ella fue educada precisamente en una escuela operada por Defensa».

Parece ser que ella misma habla de PROHIBICIÓN. Se nos incrusta la nota de la actriz en su red social.

Pero entremos en los tercetos:

«(…) termina preguntándose “qué tiene de polémico este libro ilustrado para que el gobierno de Estados Unidos lo prohíba”. La artista finaliza su reflexión asegurando que está “realmente triste” y que nunca pensó que vería “algo así en un país donde la libertad de expresión es un derecho constitucional”».

Y en el último terceto es cuando llega la aclaración de la periodista (gracias, Elena, es difícil encontrar a alguien en la prensa que haga bien su trabajo).

Resulta que el Departamento de Educación de Defensa lo ha apartado (que NO PROHIBIDO, aunque la actriz dice has been banned, por supuesto en una pasiva anglicada), con idea de revisar su contenido. De hecho los docentes siguen pudiendo consultarlo cuando quieran.

«Según un memorando del DODEA emitido el lunes, se están evaluando libros y recursos educativos adoptados por la institución que puedan estar relacionados con la “ideología de género” o “ideología de equidad discriminatoria”».

Es decir, mi bella Julianne Moore, están revisando tu libro, nadie lo ha prohibido. Parece ser que eres tan alharaquienta como preciosa.

Entiendo su alarma porque de pronto el dinerín que le procuraba anualmente la venta del libro pagada con dinero público deja de fluir, aunque con su alma de patriota y su inmensa fortuna lo mismo ha decidido donar los pingües beneficios que le reportan sus regalías como autora a la asociación de viudas de militares o a una fundación que vela por heridos en la defensa de su país. Que sí, que la entiendo. Pero también entiendo que el gobierno de ese país que tanto «ama», y que honra a un padre del que está muy orgullosa como veterano de guerra, no quiere pagar sus idas de olla para con los niños.

Que sí, que el libro lo escribió para sus hijos y los hijos de los demás y trata de «una niña que aprende a aceptar sus pecas como parte de su identidad y de la diversidad humana».

Pero lo publicó en 2007, en pleno ascenso de la pacata y gazmoña filosofía woke, y es de entender que de aquella se imbuyera de esa filosofía tóxica, tan preñadita de humanidad que odia a todos los que rebaten sus postulados.

A lo mejor esta belleza eterna, en lugar de hacer alharacas y esparavanes, debería plantearse reescribirlo sin mugre, sin moralina, sin falsa humanidad. Estaría bien que motu proprio se ofreciera a revisarlo y reescribirlo desde un punto de vista sano y libre de complejos… debería pensar que si se lo han apartado a lo mejor es porque huele a rancio y está papandujo.

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