El pasado día viernes 1 de noviembre, con motivo de la noche de los Fieles Difuntos (la noche del 1 al 2 de noviembre), asistimos a un recital de cuentos en el Parador de Turismo de Cangas de Onís, en Asturias.
La sala habilitada para las lecturas públicas tenía las condiciones óptimas para una noche como la que conmemorábamos en esta reunión, donde escuchamos lecturas de alto octanaje literario.
La tradición literaria de la hispanosfera se caracteriza por llevar al lector al desengaño, por desvelarle los trampantojos del mundo real, con advertencias a oídos avisados que deseen aguzar su intelecto.
Por contra, la tradición literaria de la anglosfera, trazada con espesa tintura comercial, crea narrativas para entretener el tiempo y distraer el ánimo, historias que no exigen al lector más que seguir un relato puesto al servicio de sus emociones. Fue el caso del primer cuento leído, una historia que incursiona en lo fantástico (un hecho imposible que ocurre en el mundo real —literario— y que se percibe amenazante para los humanos).
La vieja cocina del legendario monasterio benedictino, emanando desde la gran campana de la chimenea el aroma de la sagrada madera del tejo consumida lentamente por las brasas, enmarcó una noche de historias truculentas que nos trasladaron al memento mori con que, cuentan, asaeteaban los romanos a sus ídolos militares: carpe díem, memento mori.
El tema de la muerte —dando valor a la sinalefa y a la aliteración con las que el maestro cuentista Juan Rulfo, explicaba que en literatura sólo existen tres temas: vida, amor y muerte— estuvo presente durante la velada a la que acudimos algo más de una treintena de escuchantes cuentoheridos.
Esta vez Manolo Martínez no pudo formar parte de la tetráeda de lectores por una tan pertinaz como impertinente disfonía, y Gonzalo San Miguel hizo dos lecturas. Te dejo a continuación los cuatro cuentos para que los disfrutes. Los tres últimos se inscriben en la tradición literaria hispana, que es la nuestra.
- El último canto de Casonetto, del estadounidense Robert E. Howard (creador de Conan el Bárbaro), leído por Pilar Bestford.
- El almohadón de plumas, del maestro cuentista uruguayo Horacio Quiroga, leído por Gonzalo San Miguel.
- La enemiga, del dominicano Virgilio Díaz Grullón, leído por Ignacio Bosch.
- Neumonía, de la española Cristina Cerrada, leído por Gonzalo San Miguel.
Nuestra próxima reunión, si no hay contraorden, tendrá lugar en el vetusto monasterio con motivo de la festividad de San Valentín: vida, AMOR y muerte…
Te dejo fotos de un momento de cada lectura.
Pilar Bestford lee El último canto de Casonetto
Gonzalo San Miguel leyó El almohadón de plumas
Ignacio Bosch leyendo La enemiga
Gonzalo San Miguel en la lectura de Neumonía
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