La RAE es una institución, pero es también un club de amigotes.
Con criterios poco definidos aunque grandilocuentes, sus padrinos (Pedro Álvarez de Miranda, Clara Sánchez y Mario Vargas Llosa), han aupado a este papanatas a un sillón académico.
El artículo comienza con una declaración de incapacidad para analizar aquello a lo que se dedica:
El escritor Javier Cercas ha reivindicado (…) la literatura como forma de placer equivalente al sexo en su discurso de ingreso en la Real Academia Española (…).
Éste, como Borges, del que dice que es uno de sus ¿¡héroes literarios!?, pasa también sus noches con Virgilio, como socarronamente recuerda Jesús González Maestro.
En otro artículo leemos:
Para (Javier Cercas) alguien con una buena novela en las manos «es un peligro público, una bomba de relojería ambulante, un potencial pensador por cuenta propia, un insubordinado en germen».
El peligro de hablar de literatura con eufemismos, metáforas y clichés es que se crea un estilo retumbante que lleva a esta gente a tragarse su propio humo.
Y en la primera noticia enlazada rematan:
Para (Javier Cercas) la literatura es antes que nada «un placer, como el sexo», y por eso la expresión «lectura obligatoria» es un oxímoron y la expresión «lectura hedónica», un pleonasmo. Pero, además, es «una forma de conocimiento de uno mismo y de los demás, exactamente igual que el sexo».
Ya es triste que un escritor (y ahora académico), a lo largo de su discurso de ingreso en la RAE, confunda lectura y literatura.
Éste entra para colmar la cuota populista, como entraron Mayorga y Pérez-Reverte en su día. Obreros del lenguaje que no saben cómo funciona el lenguaje, al igual que yo publico esta bitácora sin saber cómo funciona el CMS que la hace posible. Si bien es cierto que podría aportar alguna idea ‘a nivel usuario’, me negaría a figurar en el sanedrín de los técnicos informáticos.
A falta del texto original que publicará la RAE, te dejo el extracto que ofrece en estos momentos la Academia.
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