Los amantes de Teruel (tonta ella y tonto él)
Vacaciones. Matrimonio de cincuenta para arriba. Caminan por el pueblo agarrados de la mano, como si fueran novios. Pero se nota en la presa que no acostumbran a caminar así en su ciudad. Y en las aceras estrechas del pueblo continúan caminando a lo ancho, hasta que un lugareño se para, les mira fijamente, y no se baja.
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