Sardinas
Viajábamos apretados. Cada cual defendía un pequeño espacio de aire. Llegó alguien y pidió que le hiciéramos sitio para no quedar en tierra. Cuando redujimos nuestros huecos llegó otro que empujó y nos apretó aún más. Junto a la ventana cerrada una mujer perdió el conocimiento por falta de aire y nadie pudo moverse para socorrerla.
Perspectivas
—Me ofendes cada vez que dices «negro» o «marica».
—Tú me ofendes a mí queriendo limitar mi vocabulario y mi forma de expresión.
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