Un, dos… un, dos… un, dos…

26 de febrero de 2022

Si vis pacem, para bellum
Si quieres la paz, prepárate para la guerra
(aforismo romano)

El NO A LA GUERRA está muy bien cuando el vecino está en su casa. Pero cuando se te mete en la tuya…

Bueno, pues a dios se le ha ido la olla y nos ha metido en una guerra que ha empezado como un relámpago, pero que nadie sabe cómo va a terminar. Ni siquiera dios.

Parece que el dios ruso se ha filtrao —como los boxeadores viejos—, pero si aquí no tenemos herramientas para inhabilitar al incompetente y envanecido Pedro Sánchez, en la Rusia putinista ni siquiera imaginan que esa posibilidad debería existir. Tienen otras necesidades antes de pensar en inhabilitar a un Putin okupa.

Vamos asumiendo que el mundo Europa vuelve a estar en guerra (siempre nos pareció que las de los Balcanes no saldrían de allí, pero con esta no está seguro ni dios del derrotero por el que va a tirar).

Pero una vez asumido que ESTAMOS EN GUERRA me llama la atención que todas las mariconas que han medrado en estos años en España no se pronuncien. ¿Dónde se les ha metido el orgullo gay?

A mí, si viene Putin, si media Europa cambia, si estos de la colonia komunistoide que hemos estado alimentando en España con pagazas ministeriales y lumpempaguitas para vagos, ofician de quintacolumnistas —tan chavistas como dicen que son—, y le abren las puertas a este dios ensoberbecido, pues hombre, la vida me va a cambiar, no lo voy a discutir, y ya me joderían esos cambios… pero me iré haciendo a ellos.

Pero a todos estos maricones y tortilleras, o dicho de forma que se no ofendan sus susceptibilidades de chichinabo, a todos estos refitoleros alharaquientos les va a cambiar la vida de forma drástica porque se les van a acabar las mariconadas de golpe… y porrazo.

Como lamentablemente parece que se les han acabado las libertades a la komunidad gay de Ucrania. Y yo me pregunto dónde están metidas todas esas locas que anidan por Chueca y alrededores, y me pregunto por qué no están haciendo cola («uno detrás de otro») para coger un fusil e ir a defender a sus hermanos refitoleros alharaquientos ucranianos.

Recuerdo haber leído que la elite hoplita estaba formada por parejas de homosexuales. Pero aquellos homosexuales eran hombres hechos y derechos, y los homosexuales de hoy día son maricas. Una máquina la puede manejar cualquiera, aunque sea una máquina que dispare a matar.

Deberían ir a defender su arcoíris modo de vida a Ucrania, que con Putin por el este y los muslimes por el sur, se me antoja que queda poco para mantener el actual sistema montero-monedero. Que vamos a ver cómo salen de las incongruencias: si apoyan a Putin como rey del paraíso komunista ruso-chino-venezolano, a Putin no le van las mariconadas que defienden ellos.

Malos tiempos para la retaguardia, amigos. Y para las chicas del clan del bollo también. El feminismo al poder. Pues me dicen que en Ucrania están evacuando de las ciudades a las mujeres y los niños (como se ha hecho siempre) y los viejos y los hombres se quedan para morir peleando (como siempre hemos hecho).

También me dicen que el trigo ya ha pegado un subidón, dado que Ucrania es un exportador mundial de este cereal. Ahora les tocará sufrir también a todos los del mundo-perro. Cuidad a vuestros chuchos que como venga la hambre (en femenino, que acojona más) ya sabemos que las mascotas han hecho siempre buen puchero en tiempos difíciles.

Y es que todo este dislate woke no podía durar. Era grande la tentación de meternos un zarpazo. La ventaja es que se nos va a quitar la tontería de golpe… y derechos como el de elegir sexo y que la Seguridad Social te opere a capricho quitándote las tetas o poniéndote un remedo de vagina.

No es que me guste estar en guerra, que prefiero la comodidad de la paz. Pero hay que reconocer que la guerra, si no te mata, también tiene sus ventajas. Y para ir haciendo el cuerpo a lo que está por venir, quizá venga bien recordar esta escena de Algunos hombres buenos:


Algunos hombres buenos

Tú no puedes encajar la verdad. Vivimos en un mundo que tiene muros. Y esos muros han de estar vigilados por hombres armados. (…) mi existencia, aunque grotesca para ti, salva vidas. Tú no quieres la verdad porque en zonas de tu interior de las que no charlas con los amiguetes, me quieres en ese muro, me necesitas en ese muro. (…) Y no tengo ni el tiempo, ni las más mínimas ganas de explicarme ante un hombre que se levanta y se acuesta bajo la manta de la libertad que yo le proporciono y después cuestiona el modo en que la proporciono. Preferiría que sólo dijeras gracias y siguieras tu camino, de lo contrario te sugiero que cojas un arma y defiendas un puesto. De todos modos me importa un carajo a qué creas tú que tienes derecho.

Jon Nieve es ficción pero el muro real ha sido bombardeado y nuestra libertad está en juego. Quien no lo vea así que siga mariconeando y chillando a sus locas y bolleras amigas que este escrito es ofensivo y que habría que denunciarme para que me metan un puro… por el culo.

Y es que tanta comodidad no podía durar. ¡A ver, chicas, a alistarse! Un, dos… un dos…

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