Los Picapiedra españoles

4 de noviembre de 2020

Hablando de contar historias, a todos nos han gustado siempre las aventuras de los Picapiedra: la ambientación, sus respectivas familias, pero sobre todo sus dos protagonistas y sus caracterizaciones. Aunque el segundo ha adoptado el apellido del primero, no siempre es el segundón de esta pareja desastre. A veces el grandote hace lo que le dice el apocado segundo.

Pedro Picapiedra es simplote, y Pablo Mármol, más sufrido, es quizá algo más inteligente aunque sigue siendo obtuso. Pero en las historias que nos cuentan ambos mantienen un punto tierno, cándido y entrañable que nos acerca a ellos cuando los vemos meterse en pieles de once varas, y sufrimos con sus vicisitudes y padecemos sus tribulaciones.

Reconozcamos que los Picapiedra son dos perdedores. Esa es la única verdad que no debemos perder de vista so pena de acabar confiando en ellos. Cuando en alguna historieta han intentado arreglar algo, sabíamos de antemano que meterían la pata hasta el zancarrón. En su brutalidad, la ficción nos los presenta tiernos, sencillos, ingenuos y con buen corazón, pero no podemos olvidar que en la realidad, en su realidad, no son más que dos picapedreros en una cantera: yabadabadú.

Cuando en aquella sociedad primitiva les han dejado tomar las riendas de algo, de su Logia de los Búfalos Mojados por ejemplo, el resultado ha sido siempre catastrófico. Pedro Picapiedra y Pablo Mármol son dos majaderos en busca del dolce far niente propio de clases más acaudaladas que ellos.

En España tenemos nuestra versión particular, y muy real, de los Picapiedra, y se han infiltrado en la mayor logia del país: el Gobierno. Son el Barón de Lavaapagar y el Señor del Falcon Crees.


Pedro Jetapiedra y Pablo Caramármol

Estos dos tipos están haciéndolo mal, muy mal. Son dos picapiedras en labor de demolición que hemos puesto a administrar el común nacional… son un par de negados que han convertido la gestión política en indigestión social. En una sociedad primitiva ya los hubiéramos corrido a pedradas, como corresponde al tema elegido. Pero quienes pueden echarlos por inservibles, por inútiles, por ignorantes… por barrenar el país, son incapaces de ponerse de acuerdo. Son todos eruditos en teorías y expertos en nada.

Y puesto que los de enfrente son tan mediocres como ellos, sólo nos queda rogar que sus propios amigos, o su sana amiga, echen a patadas a estos dos salvapatrias nepotistas para el bien del futuro común, para no convertirnos en la Logia de los Bisontes Corneados. O los echamos o no llegaremos a Los Supersónicos.

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