Con su permiso, subo el audio que me ha regalado hoy la presidenta de la Asociación de Libreros de Oviedo.
Hoy, día del libro, ha podido volver a su librería de barrio.
Acabo de llegar a mi librería…
Una librería que hoy no ha tenido clientes, lectores, mirones… sobones. Sobones de libros, personas que encuentran entre los anaqueles de su librería cariño, calor, una palabra, un guiño cómplice… una sugerencia amable, una recomendación amiga…
Una librera de barrio que conoce uno a uno a los lectores de su barrio… sus gustos, sus preferencias, sus apetitos literarios.
A unos recomienda aquello que les gustará… A otros, más osados, les propone una lectura diferente, una lectura oxigenante, que les permita regresar a su temática predilecta después de incursionar en otro mundo fresco e inesperado.
Un libro siempre es un gran regalo…
Sólo los amigos te regalan libros.
Sólo los buenos amigos aciertan con una lectura que te acabará gustando, aunque no orbite tu temática preferida.
Sólo un librero de barrio acertará obsequiando tus gustos: a veces gustos que anhelan encontrar un texto acogedor al que dormirte abrazado; pero otras muchas, gustos sobre los que soplan vientos que invitan a girar la cara para sentirlos de frente.
Sólo una buena librera de barrio sabe qué libro necesitas para tu estado anímico actual; y ese amigo del barrio sabrá botar tu mente para que navegue por el vasto océano literario….
Si eres cliente habitual de una librería de barrio, no hace falta que abras la boca al entrar… No hace falta ni que des los buenos días. Tu librera sabrá mejor que tú lo que necesitas leer.
Sigue… Sigue comprando libros por Internet. Sigue yendo a las grandes superficies donde hoy está Pedro, mañana María y pasado… a saber.
Sigue confiando en gente extraña para que guíe lo que ha de alimentar tu mente.
Hoy, con gran atrevimiento por mi parte, soy yo quien recomienda a la librera del barrio un libro enorme: Paisajes del Apocalipsis.
Cuentos, Mar… Cuentos otra vez. Veintiún cuentos postapocalípticos. Veintiún historias diferentes en un mismo libro.
Saquemos la cabeza de bajo las alas y veamos qué nos trae el nuevo día. Sigue amaneciendo con pandemia. Bendita esa otra pandemia que nos impregna a todos por igual: la luz del sol que sigue llegando con cada amanecer a todos los rincones de un mundo que nada nos pide y todo nos da, un mundo que nos empeñamos en que sea turbio y retorcido.
Esos cuentos, a una mujer emprendedora como tú, una mujer que no se arredra ante la adversidad… ese libro nos trae a todos una lección magistral: los humanos, como especie, a veces homo sapiens, otras menos sapiens, estamos abocados a seguir luchando en situaciones tan adversas que nos nieguen la vida.
Y los libros dan vidas, Mar.
Se nos dice que esos veintiún cuentos postapocalípticos los vertebran diferentes escenarios y panoramas que se darían tras un supuesto apocalipsis. Pues ya ha llegado el apocalipsis, Mar. Y no queda más que adaptarse y rápido.
Hay, empero, algo más en todos esos cuentos… A todos los vertebra el hecho, ya te lo he dicho, de que nuestra especie se empeña en sobrevivir por adversas que sean las condiciones. Porque cuando llega el apocalipsis…, pasa y se acaba y sigue habiendo vida… Sigue amaneciendo con tonos rosas.
El día del libro es hoy… y no se ha perdido, Mar. Porque el día del libro es mañana, y también pasado mañana. Y todo el mes que viene. Y el año todo es el año del libro para quienes sabemos que en los libros se preservan pedacitos de vida de los homo sapiens… a veces menos sapiens.
Nos vemos en tu librería. Elegiste el mejor de los nombres posibles: hoy tenemos que recordar que tu librería se llama R E C O N Q U I S T A. Reconquistaremos nuestras vidas a base de lucha y tesón… y con libros, por supuesto.
Feliz Año del Libro.
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