Dura lex, sed lex

2 de diciembre de 2019

Una semana más he concursado sin éxito en Relatos en Cadena… SER, en el programa La Ventana, dirigido por Carles Francino. Me he acostumbrado mal al rozar las mieles del éxito en mi tercera comparecencia. Aquí os dejo mi cuento de esta semana. Ya sabéis que la frase en negrita es el texto con el que tenía que comenzar el minicuento de esta semana.

Esta vez he enviado un minicuento no sé si de género negro o quizá marginal, o a lo mejor un trocito de roadtale. Un cuento descarnado seguro. A lo mejor no ha gustado la crudeza que como que quiere asomar, o quizá es que choca con el tratamiento socialmente correcto que hay que dar hoy en día a las damiselas, o a lo mejor las palabras fornicar y polvo no son aptas para este horario. De los tres cuentos seleccionados, a mi juicio sólo el que ha ganado tenía realmente calidad (el mío no lo sé si la tiene). A lo mejor a Juan Madrid sí que le gustaba…

Dura lex, sed lex
“Sufriendo lo indecible por amor””, reza la leyenda entre las piernas del pibón del almanaque. Almanaque adosado a una mugrienta pared. Pared que separa la oficina del garaje. Garaje situado tras la gasolinera vacía y perdida en mitad de ninguna parte, adosado al hotelito de carretera. En el hotelito, mi Mariola fornica con un desconocido. Y yo, aquí, sufriendo lo indecible por amor, observando al mecánico reponer el aceite. Le pagaremos con los cincuenta pavos que Mariola saque por el polvo. A nada que éste se dé prisa y el otro demore, cuando baje Mariola estaré a cincuenta kilómetros.

 
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