Hace una semana se me ocurrió toquetear en un plugin para eliminar las revisiones del WordPress, porque el que tenía (que me funcionaba) habían dejado de actualizarlo hacía ya un año y pico. Previendo futuras incompatibilidades con el CMS instalé uno que me ha ido bien.
Pero llegó el día del zarpas y activé en el nuevo plugin una opción que venía deshabilitada por defecto. Y zas… la zarpa.
Noté que la administración del blog tenía un comportamiento anómalo. Intenté reponer la base de datos que previamente había salvado, que uno es zarpas pero todavía no es tonto… (además, lo recomendaba el plugin), pero cuando metes la gamba suele venirse abajo el dominó entero: el phpMyAdmin no me cargó completa la base de datos. Cágate, lorito… (y el lorito se cagó).
Asustado, pedí ayuda a mi empresa de alojamiento. En un santiamén me lo tenían solucionado. Peeero…
Al reparar lo que había zarpeado, detectaron un fallo de configuración. Estaba redireccionando las URL del blog a http, cuando sus servidores usan el protocolo mucho más seguro https (y mira que lo habían avisado en una de las circulares). Así que tras pedirme permiso para toquetearme la base de datos me lo reconfiguraron en menos que nosotros decimos ¡zas… ya’staquí el zarpas!
Peeero…
Era el día del zarpas. El plugin que gestiona la asociación con Facebook también se redireccionó a https, y en consecuencia se resetearon toodos los contadores del Facebook, que tampoco es que hubiera miles pero que me hacía ilusión (en un post llegué casi a las tres cifras… si hubiera alcanzado la centena me hubiera bebido un benjamín así, a pelo).
Para recuperar los contadores, algo muy técnico me han hecho en las tripas del blog pero hay que esperar unos días a que cunda la propagación y el Facebook del tío Z se dé por enterado de que hay otro protocolo web y me devuelva las compartidas en los contadores.
Si no se consigue, queda una última posibilidad, pero es como puentear una de las sinapsis de la hipermemoria del Facebook… ¿Te imaginas qué sentiré engañando a Facebook?
Que sí, que he dicho que paso del Facebook, y puedo vivir tan pancho teniendo todos los contadores del tío Z a cero como si hubiera instalado el plugin de gestionar las redes sociales ayer mismo, pero yo veía los numeritos crecer y cuando un post mío alcanzaba las dos cifras se me alegraban las pajarillas.
Si buscas servicio de alojamiento profesional, asequible y efectivo, y con los que encima puedes cartearte en la lengua de Cervantes y no verte obligado a hacerlo en la de Shakespeare (que no era novelista sino dramaturgo algo poeta, de qué irán estos brexiteros…), te recomiendo Guebs. Yo llevo la tira de años con ellos y no cambio.
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