Relatos en cadena… SER

21 de octubre de 2019

Esta semana pasada participaba por tercera vez en el concurso de la Cadena SER «Relatos en cadena», del programa LA VENTANA.

Pues el mío ha sido uno de los tres finalistas entre 814 minicuentos presentados esta semana. Hoy por la mañana me han llamado de la radio para informarme del reconocimiento que han hecho a mi trabajo y para pedirme que estuviera localizable durante la emisión del programa.

Se trata de crear un minicuento de cien palabras máximo a partir de una frase que ellos te dan. Título y frase inicial no contabilizan para el cómputo de las cien palabras.

Una vez en antena, leen los tres minicuentos finalistas y cada uno de los autores damos nuestro voto a uno de los otros dos minicuentos. Luego, una nómina de expertos votan también al minicuento que más les haya gustado.

Así se elige el ganador de esta semana, que luego optará a ser ganador mensual. Los ganadores de cada mes (de septiembre a junio) participan con su minicuento ganador mensual en una final anual con premio en metálico.

Con humildad he de reconocer que mi cuento no ha recabado ningún voto en esta fase final. Pero al menos ha sido elegido entre 814. No está mal para ser mi tercera participación. No estoy contento, pero creo que sí debería estar satisfecho. Es lo que nos pasa a los que hemos sido competidores, que participamos para ganar… El segundo es el primero de los perdedores, que dijo Ayrton Senna.

Éste es el enlace al listado de finalistas semanales de esta decimotercera edición, donde aparece mi minicuento y mi nombre. Busca la semana 6.

A continuación, mi minicuento, que debía comenzar por mor del reglamento con la frase Nos dejaron sin magdalenas, frase final del cuento ganador de la pasada semana:

Guerra y hambre
Nos dejaron sin magdalenas. Se las llevaron todas.
—¿Los soldados?
—Sí. La abuela salió contenta del refugio y dijo que le apetecía hacer magdalenas.
—Mierda pa’ la abuela. Ya le dijimos que tras el bombardeo venía la infantería.
—Ya.
—Y que cuando los soldados entraran en el pueblo lo iban a saquear todo.
—Ya.
—Para qué se le antojaría hacer magdalenas precisamente hoy…
—Cosas de la abuela.
—Lo que más rabia me da es el chocolate.
—No estaban rellenas de chocolate.
—¿Y de qué las había rellenado?
—De matarratas. Encontró media bolsa en el refugio.

 
Parte de la gracia de este minicuento radica en que no existe narración, ni siquiera acotaciones. Es mero diálogo. Creo que el cuento hubiera ganado en sorpresa final si trasmuto la última frase en:
—Encontró en el refugio media bolsa de matarratas.
¡PARA APRENDER, PERDER…!, que decía mi padre. Volveré a participar la próxima semana, que ahora me he picado.

Ha ganado el minicuento Escabechina, que coincide que es al que yo le di mi voto. La próxima semana los minicuentos del concurso han de comenzar por la frase final de este cuento: No es cierto que tengan siete vidas.

Y aqui el podcast de La ventana de los libros. Con nosotros enlazan a partir del minuto 30 de la grabación.

Edito: voy a aprovechar y a publicar en sus correspondientes días los otros dos minicuentos con los que he participado antes. Y creo que a partir de ahora, subiré los minicuentos con los que participe, después de terminado el programa.

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