El Plan Nacional de Lectura (I)

13 de enero de 2019

Me voy a dar el capricho de escribir de forma pausada un artículo crítico con el Plan Nacional de Lectura 2017-2020. Te pido que desde tu pantalla tengas paciencia conmigo y que me sigas en mis disquisiciones. Si se te hacen pesadas, lee en diagonal hasta que encuentres la chicha que buscas…

(…)

Hace años, cuando a un ciudadano español le llegaba un documento estatal (carta, panfleto publicitario…) tenía la seguridad de que estaba ante una redacción impecable y una cuidada presentación; y de que el contenido tenía sustancia… La mierdocridad que vertebra esta sociedad da como resultado que, en los años que corren, y sin asomo de sonrojo, desde el Estado nos presenten redacciones lamentables, presentaciones pueriles e información vacía de contenido. También la Administración española se está yendo por el sumidero del retrete.

Veo que la interfaz del Plan Nacional de Lectura , en la web institucional del Ministerio de Cultura, tiende a ser minimalista. Me parece bien que no se consuman recursos (adelanto que para lo que nos van a presentar, los fuegos de artificio hubieran tenido sabor a burla). Pero la presentación web es mejorable… ¿o es que por ser digital hay que contentarse con algo que se pueda leer? Hecho en falta hiperenlaces, la base de toda tecnología web, en la explicación del Plan.

Olvidaba decir, para los que afilan sus resentimientos políticos, que este Plan y esta presentación son sin duda herencia del gobierno anterior, que ha sido sustituido por este gobiernín-exprés que dijo que iba a ser transitorio pero que ahora dice sin vergüenza que se queda . Pero no albergo duda alguna de que si los protagonistas hubieran invertido sus roles, el resultado hubiera sido el mismo.

La redacción de los contenidos del Plan podía haber sido más técnica y más exhaustiva. Tras su lectura me ha quedado la sensación de que el Estado español se dirige a niños de finales de Primaria en lugar de a profesionales de la Educación (con mayúscula por diferenciarla de la cortesía y la urbanidad), o a profesionales vinculados al mundo del libro, o a adultos que han acudido a la web del ministerio en busca de información. Y la impresión que me ha dejado es la de un cajón de sastre donde han metido bolos de relleno para tapar la falta de iniciativas ilusionantes, creativas y ajustadas a la realidad que se pretende cambiar, que para esto es que se diseña un plan.

Detalladas las deficiencias que veo en sus formas, tratararé en esta serie de artículos de dejar en evidencia los contenidos (si es que existen) de este «supuesto» Plan. El término plan sugiere una planificación. Me temo que sólo existe un «tira que libras», un «más de lo mismo» y un «sobarse la espalda unos a otros».

Voy a explicar cómo se articula cualquier planificación institucional que se precie de serlo. Presentaré la explicación utilizando un plugin desarrollado para no reventar argumentos literarios y cinematográficos a quienes prefieren descubrir por sí mismos las tramas, de manera que mi lector, llegado a este punto, decida si quiere leer la expliación o seguir adelante con el meollo de mi crítica.

¿Cómo se articula la planificación institucional? Mostrar

Por supuesto que toda esa jerga mencionada es susceptible de modificarse con sinónimos, pero plan, programa y proyecto están largamente institucionalizados como para que ahora el Ministerio de Cultura subvierta lo ya consolidado, aunque quizá les embargue la negligencia, la apatía o la insuficiencia. O todo ello amalgamado en diferentes proporciones según el momento que toque. Panorama desolador, lo sé, pero es lo que tenemos. Y el que quiera verlo que siga leyendo y el que no, que mire para otro lado.

En la página del Plan Nacional de Lectura 2017-2020 nos muestran seis apartados que deberíamos entender como programas. Estos son: 1) Promoción de la lectura, 2) Educación y Formación, 3) Bibliotecas, 4) Sector del Libro, 5) Propiedad Intelectual, y 6) Estadísticas y Estudios.

Veamos hoy el primer programa: Promoción de la lectura .

Por supuesto si el fin del Plan es aumentar el índice de lectura entre la población española, habrá que promocionar la lectura… Veamos cómo piensa el Ministerio de Cultura español promocionar la lectura entre sus ciudadanos.

Nos hablan de campañas… pero sabemos que las campañas son meramente publicitarias. No empezamos con buen pie, pues… He venido a la web del Plan en busca de acciones y no de publicidad. Si vendes un servicio, está bien que lo anuncies, pero cuando el consumidor vaya a buscarlo tiene que encontrarlo a mano. ¿O es que este plan de fomento de la lectura se va a basar únicamente en acciones publicitarias del tipo «lee más»?

También nos hablan de líneas estratégicas. Las estrategias se relacionan directamente con los planes… pero dentro de este programa «promoción de la lectura» estaríamos ya en el nivel más básico, el de los proyectos tendentes a alcanzar metas. Menudo galimatías que se traen…

Lamentable será comprobar que tras esas líneas estratégicas de las que alardean no haya nada nuevo y sí palabrería que genera desorden y confusión. Precisamente todo lo contrario a lo que debe tender un plan. Lamentable será que se limiten a repetir lo que han venido haciendo hasta ahora, es decir, lo mismo que ha demostrado ser ineficaz, ineficiente e inefectivo.

Me gustaría saber quién diseña un plan… ¿El político? ¿El técnico (directores generales y demás comedores)? ¿El funcionario? ¿Un gabinete donde están representados estos tres estamentos? ¿Una empresa externa (sea de amigos, de cuñados, o no)? ¿Los profesionales interesados en el sector; empresarios y autónomos (no son exactamente lo mismo) que pagan impuestos para que políticos, técnicos y funcionarios solucionen los problemas de su sector económico? ¿Es que política sigue siendo el arte de crear problemas que no existen para vender soluciones que no sirven?

Las tres campañas que proponen giran en torno al 1) fomento de la lectura en general, 2) fomento de la lectura entre la población escolar, y 3) fomento de la lectura entre la población «con dificultades», antes llamados sectores en riesgo de exclusión (pero ya nos hemos acostumbrado a la huida hacia delante con conceptos y palabrería). ¿Pero por qué no englobar estos tres destinatarios en uno, y teniendo en mente un destino concreto apuntar algún proyecto especial?

Para el grueso de la población sus ideas son 1) continuar alimentando el consuelo de editores y libreros, que son las ferias del libro; 2) las mamandurrias de los políticos que son las ¿¡exposiciones!?, y 3) eventos literarios destinados a aplacar a los autores.

Pero… Si todos sabemos (y ellos también) que los autores están luchando por sus derechos a través de asociaciones propias en los ámbitos nacional y autonómico (incluso provincial, en comunidades autónomas extensas donde es complicado reunirse con la asiduidad que merece la cuestión)… entonces, ¿por qué no fomentar este asociacionismo en una única federación de asociaciones nacional y proveerles de recursos (por supuesto también recursos económicos) para que los autores organicen sus propios eventos literarios? ¿Quiénes mejor que los autores para saber cómo promocionar sus obras? Señores políticos: Sin autores no hay cultura.

Congresos, ferias y… ¡¡exposiciones?? ¿En serio, señor ministro?

Eventos literarios como los grandes premios potencian a los autores consagrados (todavía colea por ahí la dimisión de un jurado de un planetario premio literario). Un par de docenitas y poco más. ¿Creerán en el Ministerio de inCultura que el tejido cultural de todo un país recae en una treintena escasa de cabezas? ¿Me pueden decir dónde hablan del apoyo a los escritores noveles, no todos necesariamente jóvenes treintañeros, que son los que no temen crear vanguardias, o tendencias, o como se llamen ahora?

Los autores consagrados ya disponen de un circuito editorial sustentado en y por los grandes lobbies de la comunicación que ejercen de ventiladores de cuanto producen. Pero un sistema que se satisface a sí mismo no es un sistema sano a largo plazo. El concepto de cultura que tienen en el Ministerio de Cultura y el que tiene un servidor difieren bastante en cuanto a su forma, a su contenido, a sus funciones, a sus necesidades…

Nos dicen que quieren fomentar la lectura en los municipios con menos de cincuenta mil habitantes. ¿De verdad tengo que aplaudir esta medida? Yo hubiera dicho que sería lo obvio, habida cuenta del porcentaje de municipios españoles que entran en ese baremo. ¿Llegará la planificación a los municipios de mil, dos mil o tres mil habitantes? ¿Cómo piensan fomentar en ellos la lectura? ¿Con la típica convocatoria de subveciones en régimen de concurrencia competitiva hasta que se acabe lo presupuestado? Entonces ya sabemos que no va a dar para todos. Y algunos se quedarán sin leer…

Se acuerdan en el Plan de fomentar la lectura en los caladeros deportivos y universitarios. ¿Esto es serio? Los deportistas, por regla general, no son muy dados a la lectura, y los universitarios, casi por definición, leen a todas horas (leen matemáticas, leen historia…). Quizá lleven libros a los Centros de Alto Rendimiento, donde se junta la elite deportiva del país, y con ello se queden satisfechos. Pero a los clubes deportivos, base del deporte nacional, apuesto este teclado a que no llega siquiera un libro de chistes.

Tienen otro apartado (siguen sin hablarnos de proyectos) para Crear nuevos espacios de lectura. Si se refieren a espacios físicos, debo decir que yo donde mejor leo es en mi casa. Tienen otro más para Desarrollo de proyectos que vinculen la lectura al desempeño laboral. Este sí que me parece bien… estoy totalmente de acuerdo. Cuando mi jefe venga a pedirme explicaciones de por qué estoy leyendo en mi puesto de trabajo, le diré que pregunte por este plan de lectura de ámbito nacional.

En cuanto a los proyectos para fomentar la lectura entre la población escolar y la población en riesgo de exclusión, lo que aportan es tan genérico y todo tan inconsistente, que me temo que volverá a quedar en nada. El dinero se irá para esas costosas ¿¿exposiciones!! (¿En serio, Jorge? Digooo… ¿En serio, José?).

Si continuamos lejos de los estándares de lectura europeos, repetir lo que se ha venido haciendo hasta ahora no parece que vaya a revolucionar el afán por la lectura. A estas alturas me estoy preguntando si por lectura sólo entienden la lectura de ocio y no la de aprendizaje, tal que ensayos, artículos, biografías, historia, etcétera. Porque el lector nacional no sólo vive de narrativa y lírica…

Me llama la atención que quieran fomentar la lectura entre la tercera edad (que aquí llaman población mayor porque el concepto de tercera edad ya les arrastra connotaciones negativas) y que no digan cómo. Esto no es tirar la piedra y esconder la mano sino amagar de tirarla y no hacer nada.

Toda la presentación del Plan parece apuntar a que no hay ideas, sólo intenciones. Dando a nuestros abuelos libros a leer, y forzando a los empleados municipales a crear clubes de lectura a los que no destinarán ni un euro, van a conseguir lo mismo que tienen ahora. Si quieren ideas, ahí va una que serán incapaces de llevar a buen puerto: promover (y sí, subvencionando) que un porcentaje de la edición de poesía y narrativa actual se imprima con «letras gordas». Hasta que no lo hagan, muchos de nuestros mayores se quedarán sin poder leer la última novela del último premio nacional de narrativa (por cierto, una señora de la casa).

Quizá sería más económico entregar a nuestros abuelos unos lectores digitales para que se descarguen las obras de su interés donde podrán aumentar la letra hasta que les sea cómoda la lectura… Pero claro, la mal llamada piratería… Libreros, editores, y la biblia en verso les caería encima… Pues que también regalen a los abuelos los libros a leer, leche, en sus versiones digitales.

¿Está ya usted en la edad de jubilación? Gracias por contribuir al crecimiento de nuestro país con toda su vida laboral.

El Estado (y no el Gobierno de turno) le ofrece junto con su pensión de este mes un lector digital. Para descargarse las novedades mes a mes no tiene más que llevar su lector digital a la biblioteca más cercana, donde lo conectará a un ordenador (que detectará que el suyo es un lector digital del Estado) y se descargará un buen número de las novedades editoriales del mes por temas que usted tenga preseleccionados. Con cada actualización se le irán borrando los libros del mismo mes correspondiente al año anterior.

Muchas gracias por legarnos un país que hemos echado al basurero internacional.

Entre las propuestas para la población escolar me llama la atención una idea: Acciones de fomento de la lectura entre la población escolar fuera de los centros de enseñanza. No nos dicen cómo piensan llevar a cabo ninguno de estos programas o proyectos… o ideas o propuestas. Da la sensación de que han hecho una tormenta de ideas entre cuatro funcionarios, cada uno ha dicho algo, y ahí lo han metido todo. Pero olvidan que los niños y los jóvenes, como los universitarios, leen a todas horas: leen matemáticas, leen inglés, leen historia, leen geografía, leen lengua castellana, leen biología, leen geología… Hay más ocio fuera de la lectura, señores del ministerio. Y forzar lo que debe ser gratificante es siempre contraproducente.

Si quieren ideas para fomentar la lectura, un servidor tiene diseñado en colaboración con otra autora un programa ad hoc que les vendria de perlas. Pero nos tememos que si se la ofreciéramos gratuitamente sería desdeñado. Y si llegaran a interesarse por él, y lo trataran de llevar a la práctica, no dejarían más que tierra quemada.

Al final de este apartado tienen la desfachatez de presentar como promoción de la lectura lo que son más que meras herramientas de apoyo al Plan. Crean un apartado que llaman Comunicación de una imagen de la lectura más moderna, atractiva e integradora. ¿En serio más integradora, José? Hay que ser panoli. Donde todos vemos cerebros esta gente está alienada y sólo ven «ellos y ellas», penes y vaginas.

Ojiplático, leo esto que dicen: Por eso se trabajará en la búsqueda de una imagen de la lectura en positivo, abierta y sugerente. Por lo que se refiere a la página web, se creará un portal que, más allá de reproducir en el espacio virtual el contenido del Plan, se convierta en un punto de referencia a la hora de buscar recursos para el fomento de la lectura. ¿Será que esta web les parece positiva, abierta y sugerente?

Había que rellenar espacio y en vez de hacerlo con contenidos los llenan con la creación de un logotipo para identificar las acciones incluidas en este plan. Sin duda es importante para este plan invertir dinero en sí mismo. Autoconsumir sus propios recursos. Y digo yo que se creará un concurso al que concurrirán empresas y profesionales del diseño gráfico y pelaremos la pava consumiendo 1) tiempo de los funcionarios del ministerio, 2) dinero en dotar al concurso de un premio atractivo, y 3) debate infructuoso sobre lo apropiado de que si la L de Lectura en el logotipo con un libro entre unas manecillas debería haber sido la E de España.

Y como siempre, cuando lleguen los adversarios políticos echarán abajo el logo que identifica a quienes lo propusieron y volveremos a empezar a perder tiempo, dinero y esfuerzo en logotipos y en páginas web que nunca se harán. Últimamente todo lo que se refiere al (des)gobierno de mi páis me recuerda sospechosamente a la fábula de Iriarte de Los dos conejos .

Me extraña que no hayan forrado este apartado con más relleno sugerente, abierto y positivo como la Creación de esta página para que, colgada de los web del ministerio, se lean los contenidos de este Plan. Igual creen que esta web minimalista cumple los objetivos del último punto: Creación de una página web que sirva como centro de recursos. O quizá sea que inconscientemente son conscientes de que no hay tal plan.

Un comentario