Voy a llamar castellano a lo que en el artículo que quiero comentar llaman español. Entiendo que para el extranjero nuestra lengua es el español, y entiendo que cualquier español sabe que nuestra lengua es el idioma de Castilla. Parece ser que el presidente Macron se ha dado cuenta (o alguien se lo ha dicho) de que el idioma va a convertirse en una gran baza económica. Perdida la batalla tecnológica y mercantil contra el inglés, el francés pugnará por ganar francófonos. El presidente Rajoy ha respondido que hará lo propio con el castellano (quizá su propuesta coincidiera en el tiempo con la del mesié). Ignoro qué son capaces de hacer en Francia. Pero conozco la mediocridad instalada entre los políticos españoles. Y tengo mis razones para desconfiar de nuestras Administra(i)ciones. De momento el presidente Rajoy tiene abandonada a la RAE, presupuestariamente hablando. Aunque ayer anduvo por el Premio Cervantes, que es donde estaban las fotos del día (y la presidenta Cifuentes). Perdido en sus guerras intestinas y en la batalla gubernamental por las cuotas de popularidad política, este presidente (cualquier presidente de la democracia ha sido peor que el anterior) será incapaz de jugar correctamente la gran baza del…