Llevo tiempo diciendo que quienes llaman relatos a los cuentos lo hacen porque temen que les encasillen en lecturas infantiles… Pero también existen cuentos eróticos y a nadie se le ocurre tildar de sicalíptico y rijoso a quien lee cuentos. Si bien no se encuentra quien critique la novela, sí se encuentran detractores gratuitos del cuento. Otros desprecian el género narrativo por excelencia obviándolo por sistema. Pero quizá los que más daño hagan sean los que ocultan que los leen… Ya he explicado en esta misma bitácora, a raíz de lo visto y oído en el Encuentro Internacional de Cuentistas de la FIL de Guadalajara del pasado año, que algo se ha roto dentro del cuento. Tengo claro que el cuento necesita de una ‘dirección de obra’ que guíe su derrota para que los lectores de ficción se animen a sumergirse en la narrativa corta. Porque cuando se topan con cuentos febles, entiendo que se les quiten las ganas de seguir leyendo (a mí también) y dejen de valorar el cuento como lectura atractiva. Con experiencias negativas el lector se cuestionará la compra de un libro de cuentos: ¿y si le aburren, como los de la última vez? Entre las…
Hay cuentos (y novelas) donde la fuerza creativa del autor se pierde en descripciones. Como si de un ejercicio de taller de escritura se tratara, hay quienes vuelcan páginas y más renglones en estériles descripciones. A mí me aburren las descripciones. No es que no sea capaz de hacer imagen de lo que leo. Más bien todo lo contrario: hago imágenes que me aburren y hunden mi cacumen. No voy a entrar a discutir si una buena descripción enaltece la narración: decididamente no, si pasa de una línea cualquier descripción estropea la narración. La ecuación simplificada vendría a ser más o menos así: narración = acción + descripción La tarea del teórico consistiría en asignar un porcentaje a cada factor. No puede ser de un 50%. El arte no reparte igual para ambas partes. Quizá la ecuación óptima sea: narración = 90% acción + 10% descripción Donde digo acción no digo pelea, lo lea quien lo lea. Un coche en movimiento es acción. Si el protagonista va en ese coche y me van a aburrir describiendo los paisajes por los que pasa, entonces cierro el cuento y me voy de casa. Si se describe algo ha de ser algo que…
««Algo se ha roto dentro del cuento (y V) «El cuento narra la historia de un asesinato. La novela narra la historia de un asesino». Dice Eduardo Antonio Parra que esto se lo dijo David Toscana. Al hilo de la calidad de los cuentos que cuestionaba en el quinto artículo de esta serie que hoy remato, comenzaré proponiéndote como ejemplo la lectura de una cuentista canadiense que es Premio Nobel: Alice Munro (Ontario, 1931). Aquí tienes un cuento de su primer cuentario, el titulado Danza de las sombras y publicado en 1968: · El vaquero de la Walker Brothers · Tienes delante 6.280 palabras, que te ocuparán algo más de veinte minutos, tras los que la autora NO HABRÁ CONTADO NADA. Ha metido unos personajes en un par de escenarios, les ha dejado caer en una situación –una recesión económica–, y a partir de ahí ha agitado el cóctel y lo ha servido bien espumajoso. Muy bonitas palabras (traducción mediante) y un transitar afable que no lleva a ningún conflicto y deja al lector la tarea de imaginar un final. Es una relación de hechos consecutivos, pero no nos cuenta nada… no es de extrañar que a esto le llamen relato. Vale…
««Algo se ha roto dentro del cuento (IV) 5)- Falta de calidad. …O al menos falta de capacidad para interesar al lector, y sobre esto voy a disertar. Hemos escuchado en esta edición del Encuentro Internacional de Cuentistas, en boca de sus autores, cuentos febles. Y en algunos de la pasada edición también, y los he criticado en esta bitácora. Recuerdo un cuento de la edición de 2021 escrito por una cuentista que contaba «los sentimientos» de una elefanta. ¿A quién le importa lo que en la imaginación de una autora pueda pensar una elefanta? Un cuento lo escribe un humano (obvio, ¿no?) para contar algo a otros humanos (obvio también) sobre algo que sea de interés al lector… humano (¿sigue siendo obvio?). La literatura es una construcción humana destinada a humanos, no se escribe para alienígenas ni para animales. Debemos situar la razón por encima de las emociones –y por supuesto por encima del sentimentalismo–, porque cuando no es así, la sociedad empieza a desnortarse y naufragar, como nos está ocurriendo en este comienzo de la tercera década del siglo XXI, donde algunos ven natural pasear un can en un carricoche de bebé. Pero centrémonos en el debate que…
««Algo se ha roto dentro del cuento (III) 4)- Falta de reconocimiento editorial. Si no existe lo que en el deporte profesional americano llaman el draft, el modo de elegir los más rentables de entre los cuentistas emergentes; si no existen semilleros donde puedan crecer los prospectos de cuentistas para luego plantarlos en huertos de publicaciones periódicas donde puedan ir arraigando; y dado que hace tiempo que la prensa ha dejado de publicar cuentos (un maridaje rentable en épocas pasadas para ambas partes, periodismo y literatura)… ¿Cuál es el procedimiento por el que una editorial (española) decide publicar a un cuentista inédito? Pues es un procedimiento endógamo. Se publica a los becarios que caen por la editorial, a los amigos de la casa, a quien desde algún púlpito administrativo puede favorecer a la editorial, a quienes dan imagen por mor de actuar en otros teatros. Ni existe un ojeador, como llamamos en España a quien descubre talentos deportivos, ni existe el dichoso draft (el reclutamiento, por escribirlo en español). Sin ojeadores del cuento, no es posible que las editoriales, saturadas y desbordadas por los cientos de manuscritos que se les envían, puedan reclutar nuevos valores. Porque no sirve para nada…
««Algo se ha roto dentro del cuento (II) 3)- Falta de medios. Caramba… ¡REVISTAS DE CUENTOS!, nos señaló Sergio Ramírez en su entrevista en el Encuentro Internacional de Cuentistas 2022… ¿Cuántas revistas de cuentos hay en España, por centrarme en la realidad en la que vivo? Por revistas en papel pregunto, que en digital alguna hay. En España intentos ha habido pero pelean en un desierto donde ni siquiera queda el eco del esfuerzo. Y por qué… Pues por falta de hábito lector de cuentos (que comprar un libro supone un compromiso –y un riesgo– mayor). Como no existen revistas de cuentos el público lector no se topa con ellos. Cuando las hubo se vendían. Pero si no entusiasmaron tal vez fuera porque la calidad de los cuentos que se ofrecían no era óptima. Y sobre esto atizaré en próximas entregas, no lo dudes. De momento vamos a centrarnos en la falta de revistas de periodicidad mensual (o bimestral). Nadie baja al kiosco del barrio y busca y decide qué revista de cuentos comprarse entre 5 ó 6 sencillamente porque no hay ninguna. Si en EE. UU. hay 400 revistas (según el dato que lanzó Ramírez), tocan a 8 por…
««Algo se ha roto dentro del cuento (I) 2)- Falta de autoestima. Otro motivo que se detecta en cuanto se presta atención es que los propios CUENTISTAS llevan años con la cantilena de que la novela fagocita al cuento. En lugar de ocuparse en potenciar el género, su género, los cuentistas llaman la atención sobre una relación insana entre cuento y novela, entre cuentistas y novelistas, entre editoriales de cuentos y editoriales de novelas. Y lloran… «Es que hay quienes dicen que el cuento es un género menor»… Y han elaborado tesis doctorales promulgando las bondades del cuento en lugar de dedicarse a escribir cuentos –de calidad, obviamente–. Pero escribir cuentos (de calidad) no está al alcance de cualquiera y parece ser que teorizar sí. Esto me recuerda la fábula de Los dos conejos, que ocupados en establecer lo inane olvidan lo que importa, que es crear cuentos (de calidad, repito), porque el movimiento se demuestra andando, y la validez del género del cuento –si es que algún botarate dudaba de ella– se demuestra escribiendo cuentos (de calidad, insisto). También se quejan algunos: «Es que se lee más novela». ¡Leche!, alguno debía de tener primacía sobre el otro, que esto…
Este año puede que –y esta vez de verdad– se haya roto algo en las entrañas del cuento: del género del cuento, digo, que es al que me dedico. Parecía un hecho inamovible que el género narrativo corto gozaba de extraordinaria salud en Hispanoamérica. Al menos esa es la percepción generalizada que tenemos desde España. Pero como nos recuerda el Tao, todo cambia, nada permanece. Las señales, para quien quiera buscarlas, están presentes en el Encuentro Internacional de Cuentistas que organiza la FIL de Guadalajara y que se pudo seguir por Internet. En la entrevista inaugural, Sergio Ramírez, reconocido cuentista, Premio Cervantes 2017, lanzó un aviso: «“Es un error editorial no impulsar el cuento”, reclama desde la FIL Sergio Ramírez». Puedes ver las cuatro sesiones del Encuentro Internacional de Cuentistas filmadas por la propia Feria Internacional del Libro de Guadalajara. En esta misma bitácora tengo enlazados los vídeos de la edición 2022. Me llamó la atención el aviso de tan magno cuentista. ¿Por qué lo ha dicho? Si nuestra percepción es cierta y el cuento goza de salud en Hispanoamérica, ¿se estaría refiriendo a las editoriales españolas? Sería justo pensarlo así, pues Sergio Ramírez, impedido de regresar a su país,…
No es lo mismo que des tu opinión sin que te la pidan a que la des tras una petición. Voy a explicártelo porque me acaba de pasar. Si aventuras tu opinión sin que nadie te la haya pedido has de saber que te expones a la crítica. De hecho la crítica es buena porque fomenta el intercambio de opiniones, el debate y hasta la discusión (antes discutir no era reñir, hoy no estoy tan seguro). Supongamos que expones tu opinión en una columna de un diario o semanario, en una revista, en un blog… o en una reunión: tertulia, foro de debate, charla… No puedes pretender que todo el mundo diga amén. Existe una etiqueta para mantener unos cauces civilizados que fomenten el debate y la discusión, pero en los tiempos que corren se sobrepasan y todo acaba en disputas y riñas. Es el riesgo de los tiempos. Más pausado es que expongas tu opinión por escrito. Al menos pones distancia entre los receptores de tu mensaje. Internet era una buena herramienta para el debate pero la han pervertido, al igual que los tertulianos con sus gritos han pervertido los programas de opinión. Quien más chilla es el que…
Voy perfilando los tipos de cuentos que no me gustan: cuentos de los que huyo. Hoy llega el séptimo, después de detallar los cinco primeros y del sexto tipo que aborrezco. 7) Cuentos cotilleo, que me estomagan… Cuentan la vida de un personaje, dando detalles sobre su personalidad e incluso entrando en intimidades. El cuento viene a ser una narración de lo que en técnica de guiones se llama la biblia del personaje. Suelen estar contados en tercera persona, lo más fácil en este caso para el autor, a modo de «biblia». Mientras que se dejan leer, la relación de datos parecen avanzar hacia algún punto en concreto. Pero no encontraremos un final. Este tipo de cuentos SÓLO cuentan la vida del personaje. Nada más. Es como si el narrador despellejara a una persona conocida. Pero el cuento no es más que ese cotilleo, porque no hay final. Para darle apariencia de cuento terminan presentando a ese personaje enfrentado a un conflicto, pero el conflicto no se resuelve. Queda a cuenta del lector darle un final porque la autora no ha sabido concluir, o no se ha atrevido a finalizar la historia que había comenzado a esbozar. Y finalizan con…
El pasado mes de diciembre he dejado aquí cinco tipos de cuentos de los que huyo. Por ende, huyo también de los cuentistas que los escriben. Porque han tomado a modo de estilo una forma feble de escribir cuentos y ya no saben salir de ese corsé. Hoy voy a añadir los cuentos sonajero. Antes voy a recordar aquellos cinco: Cuentos novela Cuentos estampa Cuentos frankestein Cuentos sin final Cuentos chicle Cuentos sonajero Son cuentos sonajero aquellos que no cuentan nada pero que resultan eufónicos. Son un embeleco que para los más contentadizos supone un embeleso: el mismo embeleso que suscita una tiza en un tonto. Borges era un artífice nato de cuentos sonajero. Cuentos en los que no cuenta nada pero que en la mente del de la tiza suenan perbién, que dicen por Asturias (superbién). Y le adoran y le reverencian porque como no han entendido nada creen que el otro ha contado algo que no son capaces de entender o percibir, y entonces hablan de lo culto que era Borges. Y sí, era culto y repartía tizas, porque la mayor parte de sus cuentos son cuentos sonajero (alguno tiene muy bueno).