«Del relato exagerado de una anécdota nació el cuento. Al calor de la hoguera, el cazador observó que la tribu escuchaba embelesada lo mismo una historia real que una exagerada; y notó que triunfaban las inverosímiles». (Escuchado en una reunión de cazadores)
No está España para cuentos de edulcoradas princesas Disney
Las palabras comodín son aquellas que se usan de forma genérica por pereza o/y torpeza para encontrar la apropiada. Esta sociedad del todo a un clic y sus tecnologías relámpago de la información crean y propagan una nueva categoría de palabras comodín que se emplean en cualquier contexto para resumir una sensación subjetiva. En lugar de hiperónimos suelen ser palabras superlativas, hiperbólicas. Todo el mundo entiende qué quiere decir nuestro interlocutor y en consecuencia todo el mundo las suelta a diestro y siniestro. Gracias a las NNTT estas palabras se expanden como el olor a purines por todo el territorio nacional. Se abusa de ellas hasta que quedan huecas, vacías de contenido, y pierden su significado. Las podríamos llamar palabras zombi. Recuerdo una que cayó en el más absoluto desprestigio… INTEGRAL. Se hacían limpiezas integrales, se ofrecían servicios integrales, existían coberturas integrales, se tendía a una educación integral… La última (antes de la actual), tan reciente que aún infecta nuestras comunicaciones, ha sido GENIAL. —¿Quedamos a las siete? —¡¡GENIAL!! Pero ha empezado a dejar sitio a la nueva(*), que lleva semana y pico estragando entre los perezosos mentales y las gentes sin reflejos gramaticales: BRUTAL. —¿Qué te parece la película?…
«El contador de historias (…) encuentra en la vida contemporánea distorsiones que le repugnan, y su tarea consiste en mostrarlas como distorsiones a un público que se está acostumbrando a verlas como algo natural». Flannery O’Connor, cuentista
Futuro pluscuamperfecto Conocí a Miguel, hijo de Miguel y nieto de Miguel, cuando era niño. Era lerdo. El padre no era completo. Al abuelo le faltaba un hervor. Ahora Miguel es profesor de instituto. Y ha tenido un hijo, al que ha llamado Miguel. Supongo que el niño de mayor será consejero de cultura.
Quiero contarte algo y escribo un cuento. Lo lees y entiendes algo distinto de lo que he querido contarte. Me lo dices, lo miro, y ahora veo algo que no es ni lo que tú has visto ni lo que yo quería contarte.
Anoche, buscando entre mis incunables juveniles un tebeo del año 1000 (literalmente del año mil, o casi…), donde venía ‘tebeificado’ el cuento popular Medio Pollito, que ayer alguien destartaló con alevosía, premeditación y publicidad, me he topado con este librito: Soy consciente de que si me lo pillan las de la Policía del Pensamiento, me detienen, me enchironan y me emasculan sin higiene. Y las bomberas del pabellón psiquiátrico F451 quemarán mis anaqueles. Así que guardadme el secreto. Pero todo acabará sabiéndose…😥 Prometo resistir y defender durante las horas de torturas y suplicio, que el género literario del PIROPO comparte espacio en el archigénero lírico junto con la poesía y el epigrama. Y soy consciente de que yo, vestido, pierdo mucho. Valor, amigos; espero no desfallecer. (Borrad el historial de vuestro navegador ahora mismooo…).
No es necesario visionar el vídeo completo. Mucho antes del primer minuto ya nos habremos extinguido. ¡Qué gente! Y se ha quedado tan ancha. Lo triste es que tienen acceso a la mente de los niños. Aparte de que lo que cuenta es más malo que la carne de pescuezo. [Ha destrozado un buen cuento: Medio pollito].
En qué se parecen un huevo y una castaña.
En qué se parecen un huevo y una castaña.
Otro punto de vista sobre la obsesión feminista: Lo dejé escrito en un artículo que me publicaron en República de las Letras, la revista digital de la ACE. La propia Asociación Colegial de Escritores de España había planteado un seminario de poesía donde, entre otros objetivos, se anunciaba: (…) con este proyecto heterogéneo y plural se pretende dar la voz y el lugar que merecen a quienes, durante tanto tiempo, han sido injustamente silenciadas dentro de la necesaria recuperación de algunas de las mejores voces de nuestra poesía, en la línea de potenciar la igualdad y reivindicar la necesidad urgente de incorporarlas al canon usado en las aulas de los diferentes niveles educativos (…) Pues sí y no. Si esas mujeres fueron silenciadas por motivos políticos pero tienen calidad para acceder al canon, entonces sí. Pero si es para cumplir con paridades actuales, entonces no. Decía en mi artículo que es sano que se refleje una «generación hueca» para que nuestros descendientes se pregunten por qué no hay un número de mujeres con calidad suficiente como para figurar en el canon de la poesía española de la segunda mitad del siglo XX; a nada que investiguen (si son excelentes y…