Presenta en El Faro (Llastres)

Ayer jueves me habían invitado a la presenta de La tumba del rey, de la gijonesa Carlota Suárez, en la biblioteca pública de Llastres.

Carlota apareció acompañada de su pareja (que se ocupó de que todo estuviera a punto) y de su librera de confianza (que fue la conductora de la entrevista), y llegaron apertrechados de un proyector para apoyar su presentación con el visionado de fotografías y vídeos. La combinación de comparecencia presencial y nuevas tecnologías agilizó y amenizó la presenta.

Carlota nos contó el trabajo de documentación que abordó para su segunda novela, ubicada en la localidad grancanaria de Agaete. La tumba del rey es una novela negra que discurre en la isla y tiene como trasfondo la excavación arqueológica de unos túmulos icónicos en aquella región. La novela excava también en el interior oculto de los seres humanos, dotando de un trasfondo psicológico a este género policial y detectivesco, morboso por definición secular.

Según nos contó Carlota, tanto la brigada científica de la Guardia Civil, como el equipo de arqueólogos, como las personas en posesión del conocimiento histórico de esta bella población insular, se volcaron con ella en las labores de documentación que requiere todo trabajo bien hecho.

No me cabe duda de que una cara agraciada y eternamente risueña como la de Carlota consigue derribar más reticencias que una jeta como la mía, ayer escondida tras la odiosa «gafapasta» y embozada de perenne barba entrecana. A la próxima presenta he de acudir con mis gafas de montura metálica, aunque dudo mucho de que mi semblante mejore.

Carlota no sólo nos contó las entretelas que rodearon a su laborioso trabajo de documentación para culminar con éxito su segunda novela, editada con Huso Ediciones (Mayda, pregunté por ti; y recordé los saludos que le envié a Pedro Juan a través de Olga Marta 😉 ), sino que nos transmitió su entusiasmo por la fábula de su novela, por la concienzuda investigación policial, por la detallada historiografía de Agaete, y por la no menos minuciosa investigación arqueológica, tan científica como el trabajo policial para esclarecer crímenes, tanto como la recogida y archivo de datos históricos.

Al menos por esta vez, la literatura puso a su servicio a tres ciencias que sin duda gozan de enorme consideración social.